“Nosotros entrenába-mos como todos los días en Paso Alejo a las 12:30 horas. Llegamos al camarín y el coor-dinador nos dice que tenemos que viajar a Santiago a jugar por los puntos. De primera, como que pensábamos que era una broma o algo así”.
El relato de Wladimir Acuña simboliza el origen del viaje de los juveniles de Ñublense a disputar el partido frente a Barnechea, que tras el paro de futbolistas profesionales convocado por el Sifup, tuvo en la ANFP la luz verde para que los clubes pudieran presentar sus equipos Sub 19.
Ñublense viajó con su plantel profesional, entrenó en la capital, pero tras el llamado del gremio liderado por Ga-madiel García, se sumaron a la paralización, al igual que el resto de los futbolistas profesionales de la Primera B y Segunda División.
“Nos mentalizamos y nos dimos cuenta de lo que estaba en juego”
“Dieron la citación y tenía-mos que esperar que llegaran todos los jugadores. Nos dieron las 13:30 horas aproximadamente y el bus llegó, nos subimos y viajamos, fue algo muy rápido”, señala Acuña, quien en la noche del viernes fue el héroe del triunfo al anotar los dos golazos que le dieron tres puntos importantísimos al Rojo.
El “Coloro” tuvo una recompensa tras pasar malos momentos debido a dos graves lesiones que derivaron en operaciones que lo mantuvieron alejado de la actividad y con la idea en mente de retirarse del fútbol. Siguió en Ñublense, y ya demostró sus condiciones para llegar al fútbol profesional.
“Nos mentalizamos y nos dimos cuenta de lo que estaba en juego. El viaje se nos hizo eterno. Estábamos todos muy nerviosos y a la vez con todas las ganas de sacar esto adelante y aportar con un granito de arena al plantel. Gracias a Dios salió todo bien y nos quedamos con los tres puntos en un partido muy intenso”, sentenció Acuña.
Así como Wladimir Acuña, el once titular de Ñublense estuvo plagado de juveniles. Algunos de ellos, con algo de experiencia en el plantel pro-fesional, ya que Jaime García había indicado que cuenta con un grupo de proyección que entrena periódicamente junto al primer equipo para tener alternativas y también darles rodaje a los jóvenes futbolistas de la institución.
“Fuera o no por los puntos teníamos que dar una alegría”
Uno de ellos es Camilo Reyes, quien actualmente es el tercer arquero de Ñublense por detrás de Sebastián Contreras y Miguel Jiménez.
Reyes había sido convocado anteriormente en partidos profesionales, pero no había tenido la oportunidad de debutar oficialmente como profesional, hasta la noche del viernes en el triunfo frente a Barnechea.
“Todo partió como un día normal. Los juveniles que estamos en el primer equipo entrenábamos un poco más tarde. Estábamos al tanto del paro del Sifup, pero nunca nos imaginos a lo que podía llegar. Habían algunos en el camarín preparándose para entrenar, otros terminando de entrenar, y en mi caso estaba haciendo un trámite, por lo que estaba en mi casa. El profesor llega al camarín diciendo que había que viajar a Santiago y nadie entendía nada”, es el relato de Camilo Reyes.
El joven guardamenta de Ñublense se encontraba en su hogar cuando la noticia reme-ció el novel camarín Rojo. “Me llamó Francisco Arias que teníamos que viajar a Santiago. No entendía nada. Entré a asimilar y entender todo. En ese momento eran las 13:00 horas. Todo fue rápido, me vestí y tenía que estar en la salida de Chillán. Llegué y me junté con compañeros que estaban esperando el bus. Gracias a la gestión de Francisco Mardones y los utileros se pudo sacar adelante el viaje, sacar el bus, conseguir alimentos, dentro de lo que se podía”, cuenta el guardamenta de Ñublense.
Camilo Reyes agregó sobre cómo fue el viaje a Santiago: “empezamos a meternos en la cabeza que si era por los puntos o no fuera por los puntos teníamos que darle una alegría a la gente y a Chillán. Estábamos representando a una ciudad, a toda su gente, a la institución, a familias que tenemos detrás, al plantel, y uno trabaja para eso, para poder lograr el objetivo de ser futbolista profesional”.
La “bienvenida” a la capital
Llegando a la Región Metropolitana, se hizo evidente lo típico del día viernes a eso de las 18:00 horas en Santiago: los “tacos”.“Por el tema del tráfico nos atrasamos. Llegamos a la hora justa del partido, tuvimos que vestirnos y arreglarnos rápi-damente para salir a jugar.
No se nos hizo fácil al principio, pero gracias a Dios sacamos la tarea adelante. Fue una experiencia linda estar con la barra y tener esa ansiedad de querer hacer las cosas bien y querer mostrarse. Estábamos todos convencidos que íbamos a ganar. Los tres puntos son nuestros y ojalá los validen”, sentenció el portero Camilo Reyes, protagonista de un triunfo que quedará en la historia de Ñublense.