En marzo del año pasado, el actor local Daniel Candia se encontraba en el terminal de buses para abordar un bus que lo llevaría de regreso a Santiago. En esa ciudad, ya llevaba algunos meses grabando películas y series en medio de una carrera siempre en ascenso tras su debut, en el 2014, en la pantalla grande con la cinta “Matar a un hombre” de Alejandro Fernández Almendras.
Daniel había tenido que viajar a Chillán para despedir a su hermano Hernán, quien había fallecido tras una enfermedad. Ahí, en el terminal de buses a la espera de abordar para continuar trabajando, recibió una llamada: “El Covid hizo que paralicemos las grabaciones hasta nuevo aviso”.
“Me fui al campo y estuve un mes y medio encerrado”, reflexiona Daniel a más de un año de la paralización de todas las actividades cinematográficas chilenas. Por lo menos, Candia estaba participando en tres proyectos. Uno de ellos era una película llamada “El fantasma”, en donde compartirá con actores como Cristian Campos y Willy Semler en grabaciones que, en teoría, comenzarían a fines de marzo del año pasado. “La que estaba más avanzada era la serie ‘Camaleón’ con Daniel Alcaíno”, agrega.
Estando en el campo, grabó un video para una campaña de La Discusión invitando a las personas a usar correctamente la mascarilla y a respetar las reglas sanitarias impuestas por la pandemia. “La primera vez que vine a Chillán desde el campo a hacer unos trámites, me la saqué un momento por fuerza mayor y me pasaron un parte. Pensé en lo contradictorio de todo”, reflexiona recordando que en el verano de 2020 había estrenado la obra “Proyecto Villa” en Santiago a Mil compartiendo rol con Paulina Urrutia. “Gracias a ese montaje nos invitaron a Alemania, eso también se pospuso por el Covid”, agrega Daniel, quien también tuvo participación en las series “Bala loca” y “El Presidente” y la cinta “Mi amigo Alexis”, hace pocos años.
“Me estaba yendo bien, habíamos alcanzamos a grabar un corto con Paulina García, “Los anillos de la serpiente”. Me llaman harto, he tenido bastante suerte, considerando que nunca me he ido de Chillán. Volviendo al año pasado, yo estaba afectado por el fallecimiento de mi hermano. Luego vino esto y yo creo que nadie dimensionó lo que se venía. Pensé que en abril podríamos estar grabando de nuevo, pero ha pasado el tiempo y nada ha vuelto a la normalidad”.
El cambio sí llegó
En febrero de este año, y ante la imposibilidad de trabajar, Daniel dio un vuelco. Lo llamaron del Albergue Protege 24 horas Covid-19, de la Corporación Padre Chango para hacer unos talleres de teatro a personas en situación de calle que están cobijadas por la pandemia. El proyecto se titula “Albergando al cine”. “No había hecho nada en todo este tiempo y me cayó del cielo, nunca había trabajado con gente de la calle y han sido dos meses maravillosos y gratificantes. Hay gente muy linda y un equipo joven y comprometido”.
“Tuvimos un periodo de conocernos y agarrar confianza. Hemos hecho dinámicas, aprendido un poco de teatro, de apreciación y estamos ad portas de inaugurar una especie de festival de cine en donde podremos ver películas chilenas dentro del albergue. La idea de esta actividad es mostrar películas atingentes, logra un poco de identidad. En el albergue hay una dinámica diaria de acompañamiento, las personas pasan el día completo ahí, se hacen talleres como tallado en madera y otro tipo de talleres de autocuidado”, explica.
Esta muestra de cine chileno dentro del albergue comenzará dentro de los próximos días, y gracias a los contactos que Daniel ha logrado en el mundo del cine, está coordinando conversatorios con distintos directores nacionales.
“Hicimos una lista de películas. Vamos a partir con ‘El Chacal de Nahueltoro’ para seguir con otros clásicos como ‘Mala leche’, ‘Secretos de familia’, ‘Caluga o menta’. Queremos partir la primera quincena de abril, habrá una inauguración con discursos. Mis palabras irán por la pregunta ¿Por qué ver cine en un lugar como este? El cine tiene un carácter social y nuestro empeño es acercar la pantalla grande a las personas”. Daniel indica que a medida que avance el taller, le gustaría montar una obra con los participantes, que están muy entusiasmados con la propuesta del actor. El hijo de Daniel, Mario, estudió comunicación audiovisual y juntos quieren dejar algo en este proyecto.
Dentro de las proyecciones para este año, Daniel apuesta por retomar las grabaciones que quedaron en el camino y ser parte de los estrenos de cintas en las que actuó y que también quedaron pendientes en su estreno por la pandemia. Entre ellas cuentan, “Green Grass”, “La riqueza del mundo” y otras dos producciones en las que participó en distintas ciudades.
Adicionalmente, trabajará en algunos proyectos teatrales a la espera de reactivar sus trabajos cinematográficos dentro de los cuales también hay una producción de Ecuador.