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Señor Director:
La ley Karin, que entra en vigencia el 1 de agosto, establece que las agresiones pueden ser únicas o reiteradas. Aunque la ley proporciona pautas claras, me pregunto si solo tener estos protocolos es suficiente para abordar esta problemática compleja.
Nuestra experiencia sugiere que no lo es. Debemos mirar más allá de lo visible y examinar las raíces profundas que alimentan estas dinámicas nocivas. La tolerancia al maltrato por parte de algunos líderes y normalizadas por los equipos, justificada por su eficiencia, crea un entorno tóxico que sacrifica el bienestar de los empleados en aras del éxito financiero.
Proponemos un enfoque que vaya más allá del cumplimiento de la ley. Debemos trabajar para crear una cultura organizacional basada en el respeto, la equidad y la empatía, con protocolos efectivos y relaciones saludables entre colegas y líderes. En última instancia, debemos abordar las causas subyacentes de los problemas en el lugar de trabajo para crear entornos laborales donde todos puedan prosperar.
El inicio de la vigencia de esta ley, bajo nuestra mirada, supone un cambio de cultura, en lideres y equipos, y un desafío adaptativo transversal.
Marco Antonio Abarca
Psicólogo y Fundador Human Hub