Atravesar las puertas de madera de la casa donde nació Violeta Parra es transportarse inmediatamente en el tiempo, dentro dan la bienvenida unos altos muros blancos, como si fuesen pintados con cal, y un largo pasillo que da a unos ventanales que dejan ver el bello jardín interior, de la Memoria fue nombrado, y que lleva al fondo al Centro de Extensión Cultural.
Su director, Humberto Baroni, recepciona a los curiosos que desean conocer la casa natal de la cantautora, donde señala con mucha seguridad que “muchos discuten que Violeta nació en San Fabián, hasta los chillanejos se la han querido llevar, pero cuando San Carlos sostiene y dice públicamente que Violeta es sancarlina es porque nos respaldan documentos, tenemos el acta de nacimiento donde Violeta fue registrada aquí en Roble 531”.
Este museo, declarado Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales en 1992, más que mostrar objetos y obras que le pertenecieron a la cantautora, honra su memoria e historia mediante cada aspecto que la caracteriza como artista. Cada rincón evoca su legado, por esto en los salones principales se exponen el cortometraje de stop motion llamado “Cantar con sentido”, donde se cuenta la vida, obra y muerte de Violeta Parra, recreado por la productora Niño viejo y Plastivida.
Este último, “tiene dos capítulos con un tiempo de diez minutos cada uno. Ahora, los turistas extranjeros pueden ver y leer el cortometraje en inglés, francés, alemán, portugués y español”, pues han recibido visitas de 32 países, afirmó el director de la casa museo.
Además de la casa natal, el lugar se compone de tres espacios más: primero, el patio de la Memoria, donde está el mural hecho en greda por alfareras de Quinchamalí titulado “Violeta Guitarrera”; segundo, el edificio del Centro de Extensión Cultural, que recibe a las y los músicos, artistas, pintores, bordadoras, tejedoras, cantantes, y un sinfín de disciplinas.
Y por último, a un costado de la calle, la placita con el mural la Jardinera, que evoca la canción del mismo nombre inmortalizada por el muralista Isaac Villegas. “Para mi tristeza violeta azul, clavelina roja pa’ mi pasión …deshojo un blanco manzanillón”, recitó el director del recinto patrimonial.
Mural en greda “Violeta Guitarrera”
En el jardín interior se encuentra el mural Violeta Guitarrera, diseñado por Militza Agusti y hecho con greda gruesa por las artesanas de Quinchamalí, Mónica Venegas y Flor Caro, ambas reconocidas como Tesoro Humano Vivo en 2014 y una denominación, la primera es ganadora del Sello a la Excelencia Nacional en 2018.
“Violeta Parra ha sido una embajadora y ha trascendido a través del tiempo con nuestra artesanía. Para nosotras, es un honor haber hecho este mural en la casa en la que nació y para que fuera visitado por los turistas del sector, nacionales e internacionales”, afirmó Mónica Venegas.
Y agregó que “es la primera vez que se hacía un trabajo de esta índole, porque nuestra manera de trabajo típica tradicional no va en base a placas. Entonces, fue un desafío para nosotras como alfareras.”
Este se construyó en 2015, y está integrado por 300 piezas de greda negra. Sin embargo, este año pasó por una restauración en manos de las mismas alfareras, Mónica y Flor, quienes hicieron el plantillaje y formación de 34 piezas, este trabajo se extendió por cerca de 100 días.
“El mural tiene la forma del mapa de Chile, lo conforman distintas escenas, partiendo por San Carlos, en 1917, pasando por Violeta Guitarrera, el campo de Quinchamalí, el propio Caupolicán, los viajes de Violeta a París y al extranjero, su llegada a Santiago, La Carpa de la Reina y la muerte de Violeta”, señaló Germán Rodríguez, administrativo de la casa museo.
Nuevos proyectos
Este lugar trae consigo sorpresas. Gracias a la adjudicación del Fondo de Mejoramiento Integral de Museos del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, aún están en proceso de evaluación para elegir o licitar a quienes tomarán el desafío de este proyecto.
“Es un proyecto en base a una museografía complementaria que busca enriquecer la experiencia del visitante y el turista”, señaló Germán Rodríguez.
Son cuatro modificaciones e inclusiones las que destacan en éste. Primero, una recreación de un velorio de angelito en tamaño real. “Antiguamente, las tradiciones campesinas eran muy distintas a las que hoy conocemos. La muerte de un niño o un lactante se consideraba una bendición, se hacía todo un ritual: se preparaba al niño, se velaba varios días, se hacía una fiesta, estaba prohibido llorar porque impedían el ascenso del angelito al cielo”, comentó Rodríguez. En estas circunstancias, Violeta Parra iba a cantarle a lo divino, tal como lo deja entrever el Rin del Angelito.
Segundo, una techumbre que cubre de las inclemencias del clima el mural Violeta Guitarrera.
Y tercero, la instalación de un almacén artesanal de Ñuble. “Se deben adquirir piezas de distintos artesanos de la región. La idea es que haya greda de Quinchamalí y artesanías locales”, comentó el administrativo.
Y por último, la renovación del espacio donde se reproduce el cortometraje “Cantar con sentido”, pues se desean incorporar asientos que sean 360° para lograr una vista panorámica.
Casa abierta para todos
Hace tres meses que la Casa Museo abrió sus puertas luego del inicio de la pandemia, aunque nunca cesó las actividades, pues las continuaron online.
En éste, es el propio director quien da el recorrido, cuenta la historia y muestra cada rincón del museo a las delegaciones que lo visitan. Éstas pueden asistir solo llamando al museo y agendando una hora; teniendo en consideración que se respetan los aforos correspondientes y las medidas de protocolo personales, como uso de alcohol gel, toma de temperatura y uso de mascarilla.
La Casa Museo Violeta Parra tiene abiertas sus puertas para exposiciones, talleres, cursos, actividades, para quienes deseen honrar a la cantautora. En este sentido, Humberto Baroni señaló que “así la casa de la Violeta siempre está vibrando con todo lo artístico, el legado de ella como artista se mantiene y las puertas se abren para otros artistas. Esa es la intención nuestra como casa museo: difundir la cultura”.
En relación al Centro de Extensión Cultural, “este edificio está destinado a talleres, de alguna y otra manera recurrimos a pensar que hizo la Violeta dentro de su parte artística, por esto se enseña a tocar guitarra, estas arpilleras fueron hechas por unas señoras en un taller, Arauco tiene una pena está hecho acá por alumnas nuestras, talleres de pinturas”, afirmó Baroni.
Ejemplo de esto es la exposición Diálogos Cromáticos de la ciudad”, del pintor Luciano Venegas, que se inauguró este jueves y que incluye quince obras de acuarela. Además, de la Cuarta Peña de Los Parra, evento que se realizó este viernes y sábado para dar término a la semana de conmemoración y del Natalicio de Violeta Parra.
Y el taller de pintura que se realiza los jueves, donde asisten doce adultas mayores de las 10:00 a las 12:00 del día con el monitor Miguel Vásquez.