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Señor Director:
Quisiera expresar mi preocupación por la lentitud con que los tribunales y órganos investigativos, como el Ministerio Público y la Contraloría, abordan casos relevantes. La justicia, para ser efectiva, debe ser oportuna. La demora en el juicio ante el TER del alcalde de Chillán, Camilo Benavente, iniciado en marzo del año pasado y aún en diligencias, genera confusión y desconfianza en la ciudadanía. Esto no solo afecta la percepción pública de la justicia, sino que también alimenta especulaciones de aprovechamiento político en un año electoral, cuando los motivos de la investigación son graves y datan del inicio de su gestión.
La justicia tardía socava la confianza en las instituciones, crea una sensación de impunidad y puede interpretarse como manipulación política. Es fundamental que las instituciones adopten medidas para acelerar los procesos sin sacrificar su rigor. La implementación de tecnologías más avanzadas y la capacitación continua del personal pueden contribuir a una mayor eficiencia. La colaboración entre entidades es crucial para evitar duplicidades y retrasos.
Hago un llamado a los tribunales, al Ministerio Público y a la Contraloría para que actúen con prontitud. La justicia debe ser visible y tangible. Cada día de retraso erosiona la confianza ciudadana. La justicia no puede esperar, es un imperativo moral y legal.
César Guzmán Garrido