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Señor Director:
En las situaciones ambientales y sociales multidimensionales que atravesamos, resulta imperante reflexionar y relevar el apoyo emocional que deben entregar trabajadores sociales y psicólogos a las personas que han sido damnificadas en los incendios forestales de nuestro país. Desde una perspectiva profesional surge entonces la siguiente pregunta: ¿cómo acompañar a las familias que han sido afectadas?
La respuesta recae en que la compañía psicosocial es imprescindible en estas situaciones, ya que se requiere de contención, escucha activa, empatía, reconocimiento de la otra persona como un igual y poner a disposición de estas familias todos los aspectos teóricos y prácticos del trabajo social, resguardando la integridad personal; es decir, aspectos, físicos, sociales y emocionales.
Las reacciones que ocasionan los desastres naturales que hoy observamos en personas y familias, pueden ser bastantes racionales o muy caóticas, por lo tanto, el acompañamiento psicosocial en esta etapa apunta a cooperar en la organización de ideas y, posteriormente, en la planificación de apoyos institucionales, logísticos y de reconstrucción de emergencia.
Lo emocional también es clave, y en este contexto de situaciones catastróficas, es importante la identificación y posterior regulación de las emociones, que son esenciales para vivir en sociedad y desarrollar aprendizajes situados.
En este sentido diversos autores sostienen que las competencias emocionales no sólo contribuyen a la mejora de ambientes pacíficos, sino que inciden de manera directa en el bienestar y en la identidad personal. Por consiguiente, su desarrollo y valoración se convierte en un eje esencial en el proceso de reconstrucción, porque las personas y familias se deben adecuar a esta nueva realidad, que puede significar un cambio de vida rotundo, un espacio distinto, en el cual deben desaprender y reconstruir la identidad familiar, social y territorial.
Yasna Anabalón
Académica investigadora carrera de Trabajo Social, UDLA