Señor Director:
Esta semana hizo noticia el rechazo a la demanda que presentó una compañía telefónica en contra de otra, acusándola de competencia desleal a través de una campaña publicitaria. Sin embargo, el tribunal determinó que la comunicación no pudo ser calificada como contraria a la buena fe o buenas costumbres.
Tras ganar el juicio, el abogado de la empresa acusada comentó lo siguiente: “siempre hemos actuado bajo los lineamientos de la ley, utilizando elementos admitidos en el mundo publicitario”. Frente a esta afirmación, es buenas prácticas no cuentan?. La empresa en cuestión, después de 11 requerimientos formulados en el pasado ante el CONAR (Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria), informó que “nuestra compañía no reconoce competencia a CONAR para estos asuntos”.
Es decir, no valora el Código Chileno de Ética Publicitaria creado por la industria con la finalidad de autorregularnos y construir buenas prácticas, contribuyendo de esta manera a la creación de valor y la confianza de las personas en las marcas. Tampoco advierte la relevancia que sea la misma industria quien evalúe la probidad y sancione la falta de ésta.
En la publicidad, así como en cualquier actividad, no basta con cumplir la ley. Invitamos a todas las asociaciones gremiales y a las marcas a sumarse a estos principios, que no buscan otra cosa sino la sostenibilidad de nuestro quehacer y la credibilidad de las audiencias. Ese es el objetivo de CONAR y de quienes adhieren al Código Chileno de Ética Publicitaria.
Ignacio del Solar,
Presidente de CONAR