Señor Director:
La noche del 22 de diciembre fuimos azotados nuevamente como país por un devastador incendio, esta vez le tocó a Viña del Mar. Más de 400 hogares perdieron total o parcialmente sus casas, además de sedes sociales, parques, negocios y otros recintos que las llamas no perdonaron. La desolación y angustia de las familias afectadas es imposible de transmitir, al igual que sus sentimientos de esperanza y alegría, al ver que comienza a salir el sol después de la tormenta.
Ese contraste solo se explica por la confianza que tienen los chilenos en sus compatriotas y esa solidaridad que florece en los minutos más duros.
Son muchas las organizaciones de la sociedad civil que hemos estado trabajando desde el primer minuto en esta emergencia, al igual que miles las empresas y ciudadanos que han realizado sus aportes para que la comunidad viñamarina se vuelva a levantar.
Como decía Felipe Cubillos, el Estado no se la puede solo, y es fundamental el esfuerzo mancomunado entre el sector público y privado, para que todos los actores que están disponibles para hacer aportes en sus distintas áreas de acción puedan participar.
Lo importante es colaborar en forma eficiente y llevar, con la urgencia que la situación lo amerita, soluciones definitivas a personas que en este minuto están sin un techo donde pasar la noche, albergados por familiares o conocidos.
La emergencia continúa, aunque la noticia ya no esté en las portadas.
Ignacio Serrano Director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile