Señor Director:
Aunque no estemos conscientes de eso, la ética es medida también en el mundo del chocolate. Un reciente estudio dado a conocer por Ethical Consumer, revista que analiza el comportamiento social y medioambiental de las empresas, revisó el actuar de las más reconocidas marcas en la industria del cacao en base a variables como el respeto al entorno, al derecho de los trabajadores, su impacto en el cambio climático e incluso el tipo de financiamiento entre varias otras.
¿El resultado? Varias de ellas, que son éxito en ventas y niveles de conocimiento, distan mucho de ser negocios éticos. Como contrapunto Pacari, la empresa que fundamos hace ya 20 años para reivindicar la posición latinoamericana en la industria, ocupó el primer lugar entre 50 compañías, con 18.5 puntos de un total de 20 en los ejes antes mencionados.
Destacando esto no quiero poner en la palestra el triunfo de Pacari, pues creemos que tener ese estándar es una condición básica. Lo que busco es generar conciencia en torno a que incluso en algo tan simple e inofensivo como comprar y disfrutar un chocolate estamos avalando el actuar de esa marca y que, de alguna forma, somos cómplices de sus buenas o malas prácticas. El poder del consumidor es infinito y por eso nuestro rol como empresas es educar e inspirar a otros a hacer las cosas bien.
Santiago Peralta
Fundador de Pacari
