Señor Director:
A propósito del paro de camioneros, hemos sido testigos de un fenómeno del cual habíamos tomado nota en el mundo de los partidos políticos, pero que también sé refleja en el mundo de las organizaciones de trabajadores. Me refiero a la atomización de las organizaciones que están llamadas a conformar el tejido social organizado del país.
La aparición de múltiples partidos políticos, ha traído graves dificultades a la gobernabilidad del país, se responde a tantos intereses personales y locales qué la generación de respuestas y políticas públicas se hace cada vez más compleja, dejando la puerta abierta a caudillismos y dinámicas de tipo feudal. En el caso de las organizaciones de trabajadores, reflejado esta semana en los camioneros, asistimos al mismo fenómeno.
Tengo la desalentadora impresión de que hemos llegado a un punto en qué la supervivencia de la organización o el interés por implementar un proyecto político, o en el caso de los trabajadores el de cambiar o mejorar la cultura del trabajo; estos intereses se han posicionado muy por debajo de los proyectos personales que miran la próxima elección de un cargo que trae un buen pasar económico, prestigio y poder.
El ciudadano se transforma en una moneda de cambio y el trabajador en una ficha. Sea con impuestos, cuota gremial o sindical. Invisible a los ojos de quiénes son protagonistas de las grandes pugnas políticas qué se dan en los partidos y organizaciones de trabajadores. Una vez más paga Moya.
Nelson Miranda Gómez
Consejo de Base Quirino Lemáchez