Ya lo hemos dicho. El sector de la cultura y el espectáculo ha sido uno de los rubros más golpeados con la pandemia del Covid-19, sobre todo en los artistas que, hasta marzo pasado, vivían de su arte, de su trabajo. Hasta el 4 de agosto el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio recibirá las propuestas de los artistas para realizar actividades que les permita ganar un honorario, además de mostrar su trabajo. Son cerca de 60 millones los destinados por el Fondo de Fortalecimiento Regional en esta segunda etapa de postulación de la que se hará cargo nuevamente Chillán Ciudad Creativa, tal como ocurrió con el primer proceso.
El músico Pablo Rivas es uno de los artistas que no a recibido ayuda. Trabajaba como músico en la calle y desarrollando eventos, eso hasta que partió la pandemia. Se acabaron los eventos, llegó la prohibición de salir a la calle y su diabetes tampoco contribuyó a mejorar la situación. Hoy sobrevive gracias a la generosidad de su familia y de sus amigos. “La pandemia ha desnudado la fragilidad laboral que existe en el mundo del arte en todas sus expresiones. La calle que tantas veces sirvió como escenario para deleitar el oído de los transeúntes, está vacía, al igual que los bolsillos de quienes nos dedicamos a difundir la música”, dice.
Nuevo proceso
Carmen Mantilla es una gestora cultural que se ha dedicado por años a analizar la realidad local. Carmen aplaude los recursos, sin embargo, precisa varios puntos a considerar. “Tengo mis reservas respecto a la externalización del proceso por medio una única organización local. Creo que se debió poner el foco en los artistas que no se encuentran realizando trabajo gremial, pues la primera parte de este proceso solo fue en beneficio de tres organizaciones que ya se encontraban trabajando en colectivo, con su organización jurídica al día (AÑA, Sidarte y Pintarte). Para la segunda parte nuevamente estos mismos trabajadores de la cultura se encuentran convocados, pero ahora a título personal. Se debió fortalecer la orgánica de trabajo gremial y permitir a cada una de las organizaciones manejar esos recursos de modo que pudieran cubrir los gastos de cada micro proyecto y además los gastos operacionales”, precisa.
Carmen, además, plantea varios inconvenientes propios de la región. Según lo que ha podido precisar, esta región es la más rural de Chile lo que incide directamente en baja conectividad y alta dispersión geográfica. Además, Ñuble tiene la peor tasa de adjudicación en los fondos de cultura del Estado. “En el proceso Fondart Nacional no adjudicamos ninguno de los 437 proyectos a nivel nacional; en el Fondo de la Música adjudicamos 4 de 434, siendo la región con menor cantidad de proyectos respecto a su población en el ranking nacional; y en el Fondo del Libro adjudicamos 8 de 680 proyectos nacionales”, enumera con preocupación.
“En el Fondart Regional, hay que reconocer el esfuerzo de poner una cantidad de recursos muy superior a las otras regiones para circular en las disciplinas que corresponden (este presupuesto es el tercero mejor del país), pero en el marco de la contingencia nos quedamos incluso sin esos recursos”.
Las soluciones
Carmen advierte que la idea es que en Ñuble no hay que sólo poner más recursos, sino mejorar las habilidades para la gestión cultural. “Si el Estado ha optado por la concursabilidad para la distribución de los recursos en cultura, tenemos que tener las herramientas para movernos en ese ámbito con eficiencia o serán siempre recursos para otros”, explica. Para ella hay responsabilidades compartidas que se pueden mejorar con fortalecer el gremio y las instancias de participación. “En otras regiones, han implementado ayudas directas para la programación local de los espacios culturales desde el mismo gobierno regional y acá nos retiraron hasta los fondos del 6%”.
“Por eso es importante la sindicalización en cultura, pero también se necesita que las autoridades locales en el nivel comunal y regional realicen un trabajo que propenda eso. Personalmente, soy muy crítica del trabajo en cultura de algunos municipios que han hecho de sus propios planes de cultura letra muerta o que siempre tienen recursos para contratar artistas foráneos, pero a los artistas de sus propias comunas les piden siempre sus participaciones como un favor”, finalizó.
El artista visual y docente Andrés Moyano, cree que antes de proponer la concursabilidad, se debió realizar un buen catastro de la situación actual de los artistas locales. “No somos una región tan grande, eso se puede hacer. La idea hubiera sido que desde ahí se hubieran dividido los fondos por área, es decir, para danza, teatro, artes visuales y música porque claramente hay algunos colegas artistas que tienen más problemas que otros”, advierte.
“Siento que los fondos regionales destinados a Fondart debiesen haber quedado intactos y cada seremi podría haber tomado nota a partir de eso. Ver la situación global y evitar que la gente que llega primero es la que se beneficia. Eso pasó con Ventanilla Abierta, fondo que duró un par de semanas. Y otro paso que me parece necesario es que se pudiera promocionar el trabajo de los artistas a través de las redes sociales que hoy tienen más impacto, tal como lo están haciendo algunos centros culturales de la región. Eso más allá si debemos postular a recursos o no”, indicó.