A inicios de 2020 las principales preocupaciones en el ámbito económico estaban centradas en los impactos del estallido social de octubre y de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, donde los pronósticos no eran muy alentadores en materia de inversión y de empleo.
Sectores como el comercio, la gastronomía y el turismo se quejaban de los malos números del verano, mientras el sector forestal enfrentaba su propia crisis, con bajos precios de la celulosa y escasez de materia prima para pymes madereras. La agricultura, por su parte, advertía las consecuencias de la megasequía y solo los frutales proyectaban buenos resultados.
Sin embargo, la llegada de la pandemia de Covid-19 a Chile contribuyó a incrementar la incertidumbre. Primero fueron los problemas logísticos para el comercio exterior, dado que la crisis sanitaria se desató primero en Asia y Europa; y luego, las restricciones al desplazamiento le dieron un duro golpe a sectores como el comercio, el turismo, la gastronomía, la entretención y el transporte, entre otros.
Además de los trastornos y los cambios que exigió adoptar la pandemia, como el teletrabajo y las clases virtuales, se aceleró la digitalización de las empresas, de las personas, del Estado y de los servicios públicos y se potenció el comercio electrónico y la logística del reparto a domicilio.
Construcción
La construcción, por su parte, que había anticipado una menor inversión en 2020 como consecuencia de la incertidumbre que invadió a los inversionistas tras el estallido social, ha intentado adaptarse a las restricciones al desplazamiento impuestas por la autoridad y hoy se puede observar una cierta normalidad en la ejecución de proyectos, mientras que las ventas comenzaron a reactivarse de la mano del primer retiro de fondos de pensiones aprobado en julio.
Según explicó el presidente del Comité de Vivienda e Inmobiliario de la CChC Chillán, Ricardo Salman, “estos episodios fuertes como la crisis social y la pandemia están generando mayor desigualdad, ya que afecta a los grupos más vulnerables. Aquí también podemos distinguir que las inversiones de las mujeres han sido mucho menores que la de los hombres, debido a los procesos actuales de suspensión laboral que las han perjudicado mayormente y sin retornar a sus trabajos. En lo más inmediato, en la medida que las cuarentenas terminen vamos a poder ver una mayor posibilidad de recuperación, ya que la restricción a la movilidad ha sido clave en estas bajas”.
Salman manifestó, además, que “esta caída se debe en parte a la falta de movilidad, pero que se suma a la crisis económica actual con importantes cifras en cuanto a pérdidas de empleo, lo que repercute tanto en la demanda como en la oferta, ya que al existir un mayor nivel de cesantía hay menos demanda con opción a endeudamiento, por lo tanto, la banca también eleva las restricciones. Sin embargo, la situación actual ha motivado a otro tipo de inversionista, se trata de un perfil nuevo asociado a los más jóvenes, los que han permitido sostener el nivel de ventas, ayudados por el retiro del 10% de las AFP, al contrario de los de mediana o mayor edad que frente a estos escenarios son más cautelosos”.
De igual forma, destacó la inversión en vivienda por parte del Estado, que también contribuirá a dinamizar el sector y a generar más empleos. “Creemos que será un buen año 2021 para el sector inmobiliario, ya que tenemos oferta que mostrar. En Chillán hay oportunidades de inversión y eso permitirá mayor acceso a la compra de viviendas”.
Agricultura
En el caso de la agricultura y la agroindustria el trabajo no se detuvo, ya que fueron declaradas actividades esenciales, de hecho, las exportaciones agropecuarias mostraron importantes alzas todos los meses. Los envíos de la región de Ñuble registraron incrementos interanuales muy por sobre el promedio nacional, de la mano de la entrada en producción de nuevos huertos frutales, lo que también se atribuyó a que las exportadoras están incorporando el código de la región de origen, pues ocurría que los productos de Ñuble eran declarados en Bío Bío.
Para este sector, la crisis más grave es la hídrica, que ya se extiende por más de una década y que ha puesto en jaque el desarrollo agrícola de la región, que cifra sus esperanzas en la construcción de los embalses La Punilla, Zapallar y Chillán para enfrentar la escasez de agua. Sin embargo, la lentitud por parte del Estado en abordar estas obras sumado al fracaso de la concesión de La Punilla, hacen que crezca el pesimismo entre los agricultores. El Ministerio de Obras Públicas solicitó en septiembre de 2019 poner término anticipado al contrato de concesión del embalse con la empresa Astaldi, sin embargo, la comisión arbitral aún no emite una resolución debido a que su trabajo se vio interrumpido por la crisis sanitaria. Por otro lado, en septiembre de este año el MOP ingresó al Servicio de Evaluación Ambiental el estudio del futuro embalse Zapallar, que regará parte de la zona del Laja-Diguillín.
Turismo
De igual forma, el mundo gastronómico, del entretenimiento y los centros de eventos se encuentra entre los más golpeados por la crisis sanitaria, ya que debieron dejar de funcionar en marzo, salvo aquellos que adoptaron o potenciaron el reparto a domicilio. En el contexto del plan paso a paso implementado por el Gobierno a partir de julio, los empresarios del sector han sido muy críticos de las restricciones impuestas por la autoridad y de las dificultades para acceder a créditos con aval del Estado, como el Fogape, o a beneficios, como subsidios. Precisamente, el gremio chillanejo de restaurantes, cafeterías, discotecas y pubs convocó varias manifestaciones pidiendo a las autoridades poder reabrir, lo que finalmente se concretó a inicios de diciembre, gracias a la flexibilización del plan Paso a Paso. Al cierre de este año se contabiliza el cierre definitivo de más de una decena de locales en Chillán.
Igual o peor ha sido el escenario que ha debido enfrentar el turismo en la zona, que en los meses más complejos de la semana llegó a operar con apenas el 10% de los establecimientos de alojamiento turístico, mientras que algunos empresarios pudieron “salvar” el año gracias a la utilización de sus hospedajes como residencias sanitarias.
Para este verano, sin embargo, el panorama se vislumbra menos sombrío. Los empresarios han realizado inversiones para cumplir con los exigentes protocolos sanitarios y solo esperan que las restricciones al desplazamiento que pudieran implementarse en el contexto del plan Paso a Paso no les arruinen la temporada. En Cobquecura, en Quillón y en Valle Las Trancas ya se ha comenzado a observar un creciente flujo de visitantes los fines de semana, por lo que esperan que la pandemia no les arruine la oportunidad de mejorar sus números luego de ocho meses sin trabajar.
El presidente de la Cámara de Turismo de Las Trancas, José Saavedra, no escondió su entusiasmo por lo que será esta temporada para dicha zona, haciendo hincapié en el esfuerzo desplegado por los socios por implementar altos estándares de seguridad sanitaria desde que reabrieron, a principios de octubre. “Las expectativas son muy buenas para el verano, esperamos estar en un 60% al menos, de lo que se ha trabajado habitualmente en los veranos en Las Trancas, que siempre ha sido una buena temporada, con ocupación casi completa”, es decir, esperan llegar al 60% de ocupación. Acotó, sin embargo, que el verano pasado trabajaron al 50-55% de ocupación, debido al impacto del estallido social.
Comercio
Para el comercio, en tanto, que concentra más del 20% de los ocupados de la región, la fuerte caída en las ventas, tanto por las restricciones al desplazamiento como por la disminución de la demanda, llevaron a la quiebra a varias empresas medianas, pequeñas y micro. Desde el gremio del comercio han advertido en reiteradas oportunidades sobre los efectos negativos, particularmente en el empleo, de las cuarentenas y otras restricciones.
Fue así como en el trimestre mayo-julio el desempleo en la región de Ñuble alcanzó un peak de 12,1%, incidido también por la estacionalidad, pero dando cuenta de la pérdida de 35 mil empleos en 12 meses, como consecuencia de la pandemia, y con mayor impacto en las mujeres y en los empleos informales.
Según resumió el presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, “las ventas decayeron fuertemente a partir de octubre de 2019, por el estallido social. Este año ha habido calma social, pero tenemos el Covid, que ha significado ciertas restricciones de concurrir al centro, como las cuarentenas y los cordones sanitarios, así que todos estos ingredientes suman y restan. En noviembre tuvimos un aumento en las ventas si comparamos con noviembre del año pasado, y diciembre es un mes muy especial, es el que concentra las mayores ventas del año, y estamos optimistas con lo que hemos visto”.
Ayudas estatales
Además de los bonos y las canastas familiares que entregó el Gobierno a las familias más vulnerables del país, el Ejecutivo también debió ir al rescate de las familias y empresas con otros instrumentos, entre ellos, los créditos Fogape, la Ley de Protección del Empleo, los bonos y créditos para la clase media, la postergación del pago de créditos y facilidades y exenciones para el pago de tributos.
Al 20 de diciembre se habían aprobado 10 mil 857 solicitudes para acogerse a la Ley de Protección del Empleo en la región de Ñuble, tanto por acto de la autoridad como por pacto de suspensión, y 43.363 en Bío Bío.
Posteriormente se han ido añadiendo otras medidas, como subsidios al empleo -para la contratación y recontratación- mientras se discuten paquetes de ayuda para rubros específicos, como el turismo, la gastronomía y el transporte.
Sin embargo, a la luz de las críticas dichas ayudan fueron insuficientes y no llegaron a todos aquellos que las necesitaban, razón por la que cobró fuerza la propuesta de retirar el 10% de los fondos de pensiones, iniciativa legal que no contó con el apoyo del Ejecutivo pero que fue aprobada por el Parlamento en julio. Al 3 de diciembre, 240.293 afiliados de Ñuble habían solicitado su retiro, con un promedio de $1.234.803, mientras que en Bío Bío sumaban 798.703, con un promedio de $1.426.095.
Luego, en diciembre se aprobó el segundo retiro, esta vez, tras una polémica por la tramitación de un proyecto presentado por los diputados y en paralelo, el proyecto enviado por el Gobierno, que finalmente fue el aprobado. Al 11 de diciembre, en la región de Ñuble se habían recibido 115.443 solicitudes para este segundo retiro, con un promedio de $1.312.640, mientras que en Bío Bío se habían recibido 407.627 solicitudes con un promedio de $1.437.608.
Desde el mundo de los emprendedores, persiste la crítica respecto a la cobertura de las medidas y a la necesidad de extender los beneficios hasta que se supere la crisis sanitaria. Una de las propuestas que ha planteado la Multigremial de Ñuble es la implementación de un Crédito Fogape 2.0. que mantenga elementos clave como tasa 0% real, repactación de deudas comerciales y meses de gracia para el pago de los créditos.
Alfredo Wahling, presidente de la Multigremial de Ñuble, señaló que en un Fogape 2.0 se debe aclarar el universo de MiPymes que podrían acceder al beneficio y que se incentive la bancarización de éstas. “BancoEstado jugará un rol clave a través de su área de Microempresas, ya que cuentan con la información financiera de un gran número de emprendedores que deben ser formalizados”, planteó.
¿Salvadora de la crisis?
Pese al negativo escenario, hacia el último trimestre del año se han observado algunas señales positivas en la economía, como la recuperación paulatina de empleos; los mejores precios de los commodities, gracias a la reactivación de la economía china; las proyecciones más auspiciosas para los arándanos de Ñuble y Bío Bío gracias al fin de las restricciones impuestas por Estados Unidos; el sostenido crecimiento de la inversión proyectada en parques fotovoltaicos y en huertos frutales y la decisión de la multinacional Bimbo de instalar su planta de producción en Chillán Viejo.
Mención aparte merece el mayor interés de empresas chinas por invertir en obras de infraestructura pública y empresas de servicios en la región y el país. Luego que en noviembre comenzó la ejecución del proyecto Granja China en Chile, en San Nicolás; se conoció que el mayor grupo eléctrico del mundo, la estatal china State Grid, alcanzó un acuerdo para comprar el 96% de CGE; que China Railway Construction Corporation presentó la mejor oferta para adjudicarse la concesión del tramo Talca-Chillán de la Ruta 5; la adjudicación por parte del consorcio chino CRRC-Sifang para la fabricación de seis nuevos trenes para la flota del servicio Chillán-Santiago de la Empresa de Ferrocarriles del Estado; y el interés mostrado por la estatal China Railway Group en hacerse cargo de la concesión del embalse La Punilla.