Señor Director:
Es 19.15 PM del 21 de septiembre del año 2021, parece mentira, el último día del invierno del hemisferio sur y en Chillán una tarde pre primaveral con cielo azul de fondo nítido y nubes dibujadas por niños.
De mi habitación y nuestro hogar en el sector residencial Hacienda Ñuble II, a tres cuadras chillanejas pero quebradas en el caminar de la carretera sur del país (Ruta 5), escucho el susurro grueso y rasante de vehículos (camiones cargados y sin carga, autos de múltiples dimensiones, formas y marcas globales) en sus velocidades extremas e inconscientes, se desplazan de sur a norte y de norte a sur casi en línea recta pero sinuosa, la recta es imaginaria en una geografía de país largo y estrecho como una Pitón no en cautiverio.
El tráfico del sur al norte es más intenso, camiones y autos a velocidades extremas. Del norte al sur predominan los automóviles. Mi puesto de observado es al paso nivel del Camino Parque Lantaño hacia el poniente todavía no considerado urbano.
Este martes, todavía invernal como en casi todo el invierno revestido de Covid 19 y retiros previsionales y bonos públicos diversos, Chile no ha parado. Chile vivo y materializado, incluso con un logro claro, el proceso de vacunación.
Mañana será el futuro primaveral, más y menos Covid-19, marketing o propaganda de promesas y posibilidades ciertas, quién sabe. Chile neoliberal, de mercado, keynesiano o Estatal, republicano o multinacional, quién sabe qué. Presente confuso y de río revuelto, futuro incierto.
Un nuevo equinoccio y primaveral, un hito de transformación y disposición actitudinal para escuchar a la naturaleza y a la humana, e imaginar un país y un Chillán mejor en lo individual-personal y en lo económico-social y político para muchos, y ojalá para todos.
Rafael Galdames Fuentes
Sociólogo
