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“La ciudadanía de Ñuble comprende cada vez mejor que la prevención salva vidas”

Una positiva evaluación del manejo de la alerta de tsunami de esta semana, por parte de la población de las zonas costeras de la región, hizo el director de Senapred Ñuble, Anthony Becerra, quien también abordó las tareas pendientes en el fortalecimiento de la cultura de la prevención, analizó las lecciones que se sacan de cada emergencia y destacó el trabajo de coordinación entre las instituciones públicas involucradas.

¿Cómo evaluaría la capacidad actual de Senapred Ñuble para responder a emergencias en el borde costero, considerando la reciente alerta de tsunami que activó evacuaciones preventivas en la región?

Nuestra región tiene un borde costero conocido por todos, con Cobquecura, Trehuaco y Coelemu. En esta última alerta de tsunami pudimos ver cómo funcionan los sistemas en general. Partiendo por el SAE, que llegó a todos los celulares de la región; y la evacuación preventiva, que se desarrolló de manera muy educada y ordenada.

También hubo una buena coordinación entre los miembros del sistema que están articulados en la región: Carabineros, Bomberos, Ejército, la Policía de Investigaciones y los municipios, que desde el punto de vista territorial son los más importantes. Ellos son quienes mejor conocen el espacio y, básicamente, fueron el ente clave en todo este proceso.

Como siempre, en estos casos hay aprendizajes. En lo personal, uno de ellos fue el cómo llegar más rápido con la información, especialmente a las zonas rurales y a los visitantes que tenemos en la zona costera, que se caracteriza por el turismo.

Consideramos que hoy contamos con una base bien robusta y articulada para coordinar y proteger a nuestra gente. En términos generales, eso fue lo que sucedió en esta situación.

Durante la alerta por el tsunami ¿cómo respondió específicamente la región de Ñuble y qué protocolos se activaron en esa ocasión? ¿Qué lecciones se identificaron?

Yo en esto quiero partir destacando la acción responsable de la comunidad. La ciudadanía cada vez comprende mejor que la prevención salva vidas, y eso es algo que venimos trabajando desde hace mucho tiempo. Hemos desarrollando un sinfín de actividades para poder socializar esto y generar comunidades más resilientes. Ése es básicamente el concepto que nosotros usamos muchísimo.

Esto es parte de un trabajo que se viene desarrollando desde hace años junto con los municipios y todos los integrantes del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, Sinapred.

En este caso, apenas se confirmó la amenaza, activamos el Cogrid regional, anclado al Cogrid nacional que se convocó para coordinar las acciones de evacuación preventiva. Se movilizaron todas las instituciones, se activó el SAE, y los municipios hicieron un trabajo guiando a los vecinos y a la comunidad hacia las zonas seguras.

Todo esto se dio bajo una planificación que está descrita en los protocolos que se han ido desarrollando, y que son parte de las lecciones aprendidas.

En este caso, se comenzó con tres horas de anticipación la evacuación, considerando la hora estimada de llegada de la ola. Esto fue a la una de la tarde, y a las cuatro, que era la hora pronosticada, efectivamente llegaron las olas.

Desde esa perspectiva, el SHOA como organismo técnico ha generado muchísimas mejoras que han permitido hacer mucho más eficiente el trabajo que desarrollan, y las proyecciones que entregan son información súper importante para el desarrollo del evento.

Las lecciones hay que evaluarlas. Estamos sacando muchas de todo esto, pero en principio me gustaría reforzar lo que tiene que ver con la señalética: hay que mejorarla, al igual que el tema de comunicación.

En algunas zonas, particularmente rurales de las comunas, hay sectores medios grises u oscuros desde el punto de vista de la conectividad y la señal. Ahí tenemos un desafío, porque además, se trata de antenas de celular que requieren continuidad eléctrica, y también tenemos una brecha ahí, porque esa continuidad no siempre está garantizada. Ya lo hemos vivido en esta y en otras emergencias, entonces claramente hay lecciones que sacar.

También hay que fortalecer el plan para dar resguardo apropiado a las personas. La zona estaba siendo golpeada por lluvia y viento a esa hora, por lo tanto, los municipios evacuaron hacia colegios o sedes comunitarias. Eso también es algo que hay que robustecer; está dentro de los planes de contingencia que deben estar previamente diseñados, para poder resguardar adecuadamente a las personas, sobre todo, sobre la cota 30, que era básicamente la instrucción.

Los eventos, claramente, nos ayudan a mejorar. En este, en particular, se hicieron palpables muchas de las lecciones aprendidas durante estos años, cada vez que nos hemos visto envueltos en una emergencia. Y la comunidad ha reaccionado muy bien, no solo la comunidad, sino que todo el sistema funcionó de manera muy articulada.

Respecto al sistema frontal que actualmente afecta a Ñuble, ¿qué criterios se han utilizado para declarar alertas y cómo se ha coordinado la respuesta con municipios y otros organismos?

Las alertas se definen a partir de los pronósticos de la Dirección Meteorológica de Chile y del análisis que hacemos sobre los riesgos asociados a esos pronósticos en la región. Se consideran factores como el aumento de caudales en los ríos, quebradas, posibilidad de aluviones o remociones en masa, y sectores bajos que podrían inundarse, entre otros.

Todos esos son factores de riesgo, y en virtud de ellos, más la proyección que se tenga del pronóstico, es que nosotros evaluamos y proyectamos la situación para generar una alerta temprana preventiva. La idea es poner en atención o activar todo el sistema, de manera de poder ir en ayuda de las comunidades que eventualmente pudieran verse afectadas.

En términos generales, la región ha resistido bastante bien los embates de la naturaleza durante esta temporada de invierno. Se nota una preparación previa desde los municipios, a propósito del Plan de Invierno que se trabaja durante el primer cuatrimestre del año.

En base a todo esto, los miembros del Sinapred, junto con los municipios, activan los Cogrid comunales. De esa manera se va articulando el sistema y nos vamos preparando ante eventuales emergencias.

Si vemos que esto pudiera estar escalando, se comienzan a coordinar los Cogrid regionales o mesas técnicas. Estas mesas son un poco más sectoriales y nos permiten articular la ayuda o canalizar los recursos necesarios para atender la emergencia o la necesidad que tenga la comunidad.

Lo que buscamos es anticiparnos, para evitar que una lluvia intensa se transforme en una emergencia.

¿Cómo está preparada la región para enfrentar incendios forestales, considerando la experiencia del verano pasado y las medidas nacionales implementadas? ¿Qué brechas persisten en recursos o coordinación?

El verano pasado, sin ir más lejos, tuvimos algunos eventos importantes, particularmente el incendio San Patricio. Todo esto ocurrió en sitios privados, pero que evidentemente tienen bosque nativo, el cual es importante resguardar.

En términos generales, la región cuenta con un Plan Regional para la Preparación de Incendios Forestales, que, en coordinación con Conaf, Bomberos, los municipios y la comunidad en general, busca fortalecer todo el sistema para trabajar en planes preventivos.

Paralelamente, hay una serie de actividades que desarrolla Conaf desde el punto de vista de la prevención, como preparar a las comunidades, fomentar los cortafuegos o proteger la infraestructura crítica, de manera de estar mejor preparados para los incendios forestales.

Se trabaja en cortafuegos, patrullajes, puntos de abastecimiento de agua. Sin ir más lejos, hace poco en la comuna de Ninhue, Conaf instaló una losa que permite tener un nuevo punto de aterrizaje para helicópteros, lo que nos va a permitir reaccionar mejor, sobre todo, en la zona costera de la región. Es parte de las medidas.

Los incendios forestales siguen siendo un desafío permanente, sobre todo, en la detección rápida de focos en sectores rurales, que son extensos y de difícil acceso. Nos pasó en San Patricio, donde se tuvo que armar un camino hacia la parte alta del sector.

En general, ahí está el desafío y la tarea: lograr mayor conciencia comunitaria. La mayoría de los incendios forestales, como sabemos bien, tienen un factor humano. Por lo tanto, la prevención parte por cada vecino, por cada miembro de la comunidad, para evitar que esto se desborde en algún momento. Y, en el mejor de los casos, evitar que ocurra.

¿Qué rol ha tenido el Sistema de Alerta de Emergencia (SAE) en Ñuble para enfrentar emergencias? ¿Cómo enfrentan las críticas a propósito de la amenaza de tsunami?

La emergencia no tiene horario. La prevención no tiene horario. Salvar vidas no tiene horario.

El SAE es una herramienta bien potente, porque permite avisar directamente a los celulares en minutos. Lo hemos usado en tsunamis, incendios forestales o crecidas de ríos.

Es una herramienta, pero hay algo que destacar: el SAE es complementario. No hay que esperar que llegue una alerta SAE para evacuar. Los equipos en terreno son los que primero están detectando si es necesario alertar de una manera más robusta ante la eventualidad de una evacuación. Por lo tanto, el SAE es una herramienta más.

De hecho, los equipos técnicos están trabajando en terreno y pueden solicitar que se despache una alerta SAE a un sector específico. Pero eso no significa que la gente deba esperar el SAE para evacuar. No. Es solo una herramienta complementaria.

Es importante entender que se trata de un medio de comunicación para alertar de forma sonora que hay que evacuar y por qué. El sonido del SAE tiene un sentido: activa los sentidos, te obliga a poner atención, y el mensaje viene claramente establecido con el sector que debe evacuar y cuál es la emergencia.

Por eso, creemos que es una herramienta muy importante, que vamos a seguir fortaleciendo.

Hay desafíos, evidentemente, sobre todo, por el tema de la conectividad en algunas zonas de la región. A veces el mensaje no llega por una compañía de teléfono, pero sí por otra.

En particular, durante el tsunami de esta semana lo usamos específicamente para avisar el inicio de la evacuación, para que todo el mundo supiera. En terreno, además, pedimos a Bomberos que activaran sus sirenas como complemento.

En otras zonas del país hay sirenas ya instaladas, y también se activaron en zonas costeras para reforzar que había un proceso de evacuación en curso.

Esto también es parte de las lecciones del pasado. Antes, los mensajes no llegaban, la comunicación no funcionaba. Ahora es parte del sistema, y buscamos seguir robusteciéndolo.

El SAE para nosotros sigue siendo una herramienta importantísima, que seguimos fortaleciendo y queremos seguir desarrollando para mejorarla cada vez más.

Prefiero quedarme en la vereda de la exageración antes que en la de la omisión. Esto busca salvar vidas. Ya hemos tenido eventos muy dolorosos en el pasado, que han significado no solo pérdida de infraestructura, sino de personas. Y eso es lo que no puede volver a ocurrir.

¿Cómo han avanzado los municipios de Ñuble en la elaboración y actualización de sus planes comunales de emergencia?

Durante este último año se ha avanzado significativamente en este tema. De hecho, uno de los hitos importantes es que hay 11 comunas de la región beneficiadas con el fondo concursable del Programa de Gestión de Riesgo de Desastres.

Eso significa que, gracias a ese financiamiento, los municipios pueden avanzar en la elaboración y actualización de sus planes comunales, pudiendo contratar profesionales especializados en esta materia, fortaleciendo así su capacidad local para enfrentar emergencias. Eso es parte de lo que hemos venido desarrollando.

En Ñuble ha habido un avance significativo, pero todavía nos falta camino. Hay planes que deben actualizarse y otros que deben construirse. Pero, en general, hoy día la transferencia de conocimiento entre los municipios, y el apoyo que nosotros les estamos dando desde el punto de vista técnico con el seguimiento en el desarrollo, ha permitido que haya un avance importante durante el año.

Este es un plan que vamos a seguir desarrollando, que vamos a seguir ejecutando, porque estos planes son importantes. No se trata solo de un papel: los planes salvan vidas. Permiten que la gente sepa cómo actuar y que los equipos locales tengan claro cuál es su rol.

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