En la Municipalidad de Chillán celebran, por múltiples razones, que el Valle Las Trancas, conforme a estadísticas del Sernatur, fueran el destino más visitado del país, una vez que se volvió a la fase 4.
Desde lo económico hay mucho por lo que alegrarse, ya que durante este periodo los complejos turísticos, restoranes y centros invernales han estado copados al 100%.
“Pero lamentablemente, también eso trae un lado negativo y quedó claro este fin de semana porque la cantidad de basura que quedó, especialmente a orilla de camino, fue demasiada”, advierte el alcalde de la comuna, Manuel Guzmán.
Conforme a lo que describe el jefe comunal, desde el centro mismo de Nevados de Chillán, hasta varios kilómetros más abajo y también en algunos sectores al interior, “dejaron desde bolsas, botellas, latas, y hasta hay personas que vinieron a tirar escombros”.
La observación también se hizo a través de redes sociales como Facebook o Instagram por Nevados de Chillán y diversos centros invernales y clubes deportivos de alta montaña, quienes criticaron lo que consideran una enorme falta de educación y de respeto por parte de algunos de quienes visitaron el sector la jornada pasada.
Luis Sáez, jefe del equipo de Socorro Andino, calificó el fenómeno, derechamente, como un “desastre”.
“Durante toda esta temporada nos ha tocado limpiar el desastre que hay, porque literalmente es un desastre, donde finalmente, no se está cuidando la montaña por parte de algunas personas que viene por el día, al punto de que hacen fogatas al costado del camino y luego no limpian nada; e incluso hemos visto que muchas personas que compran estos trineos de muy mala calidad, los terminan rompiendo y luego los dejan tirados en el camino, o lo mismo con esas bolsas que traen para deslizarse en la poca nieve que hay”, ejemplificó.
Sáez explica que de alguna manera fue posible anticipar este fenómeno, debido a que desde que se pasó a Fase 4 dentro de la crisis sanitaria por coronavirus.
“Era posible ver vans, minibuses y hasta estos buses de recorrido urbano de las líneas de locomoción colectiva de la ciudad de Concepción llena de personas subiendo a la montaña; y si quiero dejar muy en claro que no digo que hayan sido ellos, necesariamente; sí advertimos que estaba subiendo gente que no está acostumbrada a lo que es el turismo de montaña y los cuidados que esto exige”, comentó.
El camión de la basura
Tanto en la municipalidad como en Socorro Andino, saben que una “simple campaña comunicacional” podría no ser suficiente para aminorar los efectos del masivo turismo que hoy beneficia y afecta al sector.
Por eso apuntan a otras medidas de efecto más inmediato.
“Queremos implementar un plan de mayor fiscalización con más inspectores municipales para que se pueda hacer un catastro de lo que es el mercado informal de arriendo de cabañas, para invitar a los dueños a que se formalicen”, adelanta Manuel Guzmán.
Lo anterior, en razón a que conforme a información recopilada por la entidad y a denuncias hechas por actores del turismo de la zona, “muchas de estas personas que arriendan cabañas por Book-in o Marketplace y que ni siquiera son de la zona, no se encargan de ver que sus pasajeros saquen la basura solo los días por los que pasa el camión, que es lunes, miércoles y viernes, entonces dejan bolsas afuera de las cabañas todos los días”, advierte.
Como contraparte, Luis Sáez solicita que “el camión pueda pasar más veces en un mismo día, sobre todo el fin de semana, que es cuando realmente tenemos el mayor problema”.
12 kilómetros de basura
En tanto, durante gran parte de ayer miércoles, un equipo de unos 40 voluntarios convocados por el Club Deportivo Montaña Las Trancas, comenzaron a recoger basura en bolsas para poder limpiar el entorno.
“Tratamos de abarcar desde el sector de La Virgen, que es arriba del centro de esquí, hasta la curva en U, como seis kilómetros; y luego otros seis kilómetros desde camino a Shangri-la para adentro”, detalla Felipe Sepúlveda, representante del club.
Los voluntarios limpiaron vestigios de asados, fogatas y hasta deshechos orgánicos.
Y aunque cueste creerlo hasta grafitis dejaron algunos visitantes en las rocas cercanas al sector de Aguas Calientes.
“El tema es complejo porque apunta a una cosa de educación y de responsabilidad. Ojalá la gente aprenda a hacer turismo responsable”, concluyó.