La líder opositora peruana Keiko Fujimori, encarcelada desde hace 10 meses por el escándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht, regresó el viernes a prisión tras permanecer seis días en una clínica por problemas coronarios.
Fujimori de 44 años regresó a la cárcel de mujeres de Chorrillos al sur de Lima, donde seguirá cumpliendo una prisión preventiva de 18 meses en la investigación por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.
Keiko, que está presa hace 10 meses, fue sometida a varios exámenes por los problemas coronarios y de presión, por una dolencia en el pecho que presentó el pasado sábado en la cárcel de mujeres.
Giulliana Loza, abogada de Keiko, dijo a la prensa en la puerta de la clínica que se le recomendó tratamiento antihipertensivo y terapia de rehabilitación por dolencia cervical.
“El diagnóstico es de una crisis hipertensiva”, dijo a periodistas el domingo la congresista Milagros Salazar, vocera del partido fujimorista Fuerza Popular, luego de visitarla en la clínica.
La heredera del expresidente Fujimori, quien ha sido dos veces candidata presidencial, fue enviada a prisión preventiva el 31 de octubre del año pasado en el marco del escándalo Odebrecht, que salpica a cuatro exmandatarios peruanos.
La Corte Suprema le redujo el jueves pasado la pena a 18 meses, la misma que se cumplirá en abril del 2020.
El Tribunal Constitucional sesionará el 25 de septiembre para evaluar un recurso judicial de hábeas corpus a favor de Keiko, presentado en julio por su hermana Sachi, quien pidió la anulación de la prisión preventiva al estimar que se vulneraron los derechos de la lideresa.
La fiscalía investiga si Keiko cometió lavado de activos vinculados a aportes ilícitos a su campaña electoral por parte de Odebrecht por un monto de 1,2 millones de dólares.