Kast y la apuesta del silencio: el trasfondo de su estrategia electoral

La definición presidencial del 14 de diciembre avanza con un elemento que se ha vuelto central en la conversación política: la disposición de José Antonio Kast para debatir frente a Jeannette Jara.
Aunque el abanderado del Partido Republicano confirmó finalmente su presencia en un nuevo encuentro -el organizado por el Hogar de Cristo para este jueves 27 de noviembre-, su negativa a asistir a otros paneles ha tensionado la recta final de campaña.
En un inicio, Kast señalaba estar disponible para múltiples debates, pero con el paso a la segunda vuelta optó por una estrategia más contenida: reducir la exposición y concentrarse en actividades de terreno. Sus ausencias han marcado pauta, especialmente la del debate de Megavisión del domingo anterior, el que habría sido el primer cara a cara con Jara desde la primera vuelta.
Mientras la candidata oficialista insiste en que evitar los foros empobrece la deliberación democrática, Kast sostiene que los votantes ya conocen sus posiciones.
Distintas miradas
Para Rodrigo Landa, experto electoral, la disputa por la asistencia a debates está sobredimensionada y responde más a una necesidad comunicacional que a una preocupación ciudadana real.
A su juicio, ambas candidaturas han caído en inconsistencias según sus conveniencias, y la discusión termina orbitando en un círculo político que no necesariamente refleja las prioridades del electorado.
Una lectura distinta entrega el analista político Gabriel Pradenas, quien afirma que la decisión de Kast tiene una lógica clara: minimizar riesgos. Señala que el republicano enfrenta la exigencia de explicar propuestas complejas, como su reducción presupuestaria de seis mil millones de dólares, cuyo detalle técnico podría abrir flancos. Agrega que, aunque la derecha parte con una ventaja estructural -superior al 50% a nivel nacional y con fuerte arraigo en Ñuble-, el panorama no está cerrado.
“El voto de Franco Parisi sigue siendo el factor incierto y obliga a ambos comandos a ampliar su alcance”, aseveró.
Pradenas sostiene que Jara necesita mayor visibilidad para crecer, pero ese camino implica tensionar al rival, con el riesgo de que su narrativa dependa de la reacción de Kast.
En regiones como Ñuble, marcada por la desigualdad y el desempleo, la segunda vuelta se disputará menos en el eje continuidad-cambio y más en la capacidad de cada candidatura de proyectar liderazgo y respuestas creíbles.
Con los debates de Archi (3 de diciembre) y Anatel (9 de diciembre) como hitos inevitables, la estrategia del republicano se pondrá a prueba ante un electorado atento, pero también cansado de la política tradicional.