Juan Escrig Fernández junto a su esposa Luisa Casados Delgados, socios de la conocida librería Blue Mix, de Chillán, fueron reconocidos por la Cámara de Comercio de Chillán con el galardón de “Empresario destacado 2019”, un premio que viene a coronar 20 años de trabajo en esta empresa familiar.
“Comenzamos el 1 de junio de 1999. La historia partió dos años antes, cuando se abrió acá en Chillán una sucursal de Dimeiggs 58, que era la nacional más importante en el rubro, y me tocó administrarlo. Yo formaba parte del directorio en Santiago y me opuse a abrir acá porque consideraba que el mercado no tenía lugar. Como fui el único que votó en contra, me mandaron a mí a organizar el tema, así que tuve que arrendar un local en calle 5 de Abril, casi en la esquina con Arturo Prat, donde ahora está el Gato Félix. Después de un año, me ofrecieron quedarme en el local como empleado, pero yo dije que solo me quedaba si entraba como socio, y aceptaron”, relató Escrig.
Y continuó: “La experiencia de esta sociedad en otros lados fue mala y tuvieron que cerrar los locales, donde sí resultó fue en Chillán, así que como tenían que cerrar el giro, me ofrecieron que comprara su parte y lo hicimos con Luisa. Entonces armamos nuestra sociedad y nos venimos al local donde estamos actualmente, lo que significó un tremendo desafío porque es un lugar muy amplio que permitía hacer muchas cosas más como negocio”.
Recordó que la decisión de invertir la tomaron a partir del negro panorama que vislumbraban para la jubilación. “Saqué el cálculo de mi pensión en mis años de trabajo y vi que eso no nos alcanzaría ni para comer, así que frente a ese panorama no quedaba otra que emprender”.
El empresario explicó que la consolidación del negocio “fue un desafío mucho mayor, habíamos iniciado una empresa en grande y, por lo tanto, los requerimientos también eran muy grandes y teníamos que responder. La gente acá no venía por 3 archivadores, quería 100, nos trataban como mayoristas y tuvimos que adecuarnos a eso. Los primeros años fueron muy difíciles”.
Por ello, subrayó que “la clave del emprendimiento es no tener miedo a fracasar, porque si tú no fracasas, no aprendes. Y nosotros aprendimos mucho si lo miramos así”.
Escrig sostuvo que “nos adecuamos a lo que las personas y las instituciones requerían. En ese sentido, hicimos un trabajo muy inteligente, de hecho, implementamos una estrategia que acá no tiene nadie y es el tratamiento que le damos a las listas escolares. Para ello mantenemos una relación directa con todos colegios y conocemos lo que ellos están solicitando”.
Nuevo ciclo
Hoy Escrig y su esposa respiran más tranquilos. Decidieron retirarse y entregar la administración a su hijo Fernando.
“Nos costó mucho convencer a Fernando de que se hiciera cargo del negocio. Justo cuando estábamos pensando en incorporar a la administración a trabajadores nuestros que llevan muchos años con nosotros, Fernando aceptó y ya se instaló en Chillán para tomar las riendas de la empresa”, comentó Escrig, quien reveló que “nos retiramos el 30 de abril y estamos felices con lo que viene”.
Lo que viene para Blue Mix, acotó, es una mayor vinculación con la comunidad: “Se compró una casa aquí al frente (5 de Abril) donde se ofrecerá a la comunidad hacer clases de tejido, bordado, pintura. Será una oportunidad para que los artistas expongan sus obras. Eliminar el plástico y pensar en verde, es uno de los objetivos de la nueva administración. Habrá muchas manualidades, sobre todo, porque hoy no existen estos espacios. Después de una etapa de enfoque exclusivo en el negocio, Blue Mix se abrirá a la comunidad, se vinculará con la sociedad con aprendizaje, con conocimientos, con clases, con exhibiciones, etc.”, adelantó.