Señor Director:
Un grupo de amigos masones deseamos expresar en estas líneas nuestro sentir.
Muchas palabras de elogio se han expresado para José Luis Ysern, que muy merecidas las tiene. En él se confundía la sencillez, cordialidad, el trato humano, su conocimiento y, en fin, tantas virtudes que, puedo decir con certeza, que bastaba conocerlo y ya teníamos un amigo en quien confiar y compartir cualquier tema. Sin embargo, tenía una virtud muy especial, que compartía con nosotros: la tolerancia. Compartía nuestros ideales y muchos miembros le conocimos, siempre abierto a todos los temas de tal modo que para nosotros era un amigo muy especial.
Una pérdida valiosa para Chillán y un recuerdo grato para muchos masones que le conocimos, le tratamos y gozamos su amistad. Recordamos en estos momentos su tolerancia y el respeto mutuo que nos guiaba en nuestro trato.
Cabe destacar también su opción por los pobres, por los más desvalidos y por los derechos humanos, respecto de lo cual existen valiosos testimonios que dan fe de su compromiso por aquellos que fueron perseguidos en tiempos no lejanos.
Para su amada institución, la Iglesia, nuestro pesar porque sin duda es una gran pérdida para ella pero queda en consuelo los cientos de fieles y amigos que le conocieron y gozaron de su amistad, sus consejos y sus apoyos en la fe. Para su familia, tan lejana y añorada, que sepan que José Luis fue un ejemplo de amor, fe y amistad y que su huella en Chillán quedará para siempre. Por sí y por muchos masones que le conocimos y disfrutamos de su amistad.
Ignacio Goldaracena