“Yo no tomo las decisiones de qué medidas implementar en este estado de situación de catástrofe”. Esa es una de las primeras aclaraciones hechas por el jefe de Defensa de Ñuble, general de Ejército, Rubén Segura.
Y aunque no lo especifica, es claro que lo dice porque constantemente, y por distintos medios, le solicitan cuarentenas, cordones, castigos extras para los infractores o el alzamiento de algunas de estas estrategias adoptadas en razón a la pandemia del Covid-19. “Y esas son atribuciones del poder central”, añade, aclarando que sabe que en Ñuble hay diferencias notorias en cuanto al manejo de información entre sus vecinos, pero que “todas las preguntas son válidas, y cada vez que me lo consulten, yo voy a responder lo mismo”.
Sí, tras algunas semanas en la jefatura regional, ha trazado un perfil conductual de los ñublensinos, ante las altas cifras de detenidos y multas cursadas por incumplir el código sanitario.
Los cívicos y nobles
“Esta región es muy particular, es la segunda más pobre de Chile, con un acceso a Internet de no más del 30 por ciento, y que, por circunstancias que no me corresponde estudiar, presenta uno de los índices más altos de consumo de alcohol. Hay mucho adulto mayor, y además, noto que como Región todo gira en torno a la ciudad de Chillán, que como ciudad de diseño antiguo, muy a la española, a su vez, centra casi todo en la plaza”
En efecto, al ser una capital que concentra el grueso del mercado, los servicios como bancos, notarías, supermercados y o farmacias en el centro, “las personas tienen la necesidad de ir a diario al centro, entonces, las personas se desplazan hasta acá, no porque quieran llevarle la contraria a la autoridad o por desobediencia. Todo lo contrario, creo que esta es una ciudad donde no he visto vandalismo, no veo personas haciendo desorden, sino que en general la gente es muy cívica, noble y respetuosa, pero son personas que deben realizar trámites”.
La solución, dice, escapa de las manos de un jefe de Defensa. “Esos son temas de desarrollo social, de cómo se plantea la ciudad, los servicios, de cómo construyen los privados, o dónde se instalan las farmacias. Entonces el esfuerzo que se debe hacer es que Chillán no se convierta en un mini Chile para la región”.
En suma, advierte que “hay personas, incluso de la tercera edad, haciendo filas desde las 7 de la mañana para hacer sus trámites, y se mandan los tremendos fríos, pero ello no pueden hacerlo desde sus casas y tampoco he visto que haya un trabajo para acercar los servicios a sus casas. Entonces, esto no se trata de porfía, las personas vienen al centro por necesidad”.
No tan cívicos ni nobles
En toque de queda, la visión del general Segura cambia un poco. “Nunca es bueno generalizar, ni estigmatizar, pero sí hay un número de personas, aunque reducido, que no entiende ni acta las reglas y eso genera un problema”, dice.
Lo que se ha hecho hasta el momento es seguir con insistentes campañas de educación, de información y se ha llamado a salir de las casas solo cuando sea estrictamente necesario.
“Donde he visto agresividad, ha sido en los controles sanitarios, y en los de restricción vehicular. He visto cómo tratan de mal a las personas que les toman las temperaturas. Y en general, eso sí lo puedo afirmar, son personas menores de 30 años. Personas de la tercera edad insultando, o incumpliendo el toque de queda, no he visto”, revela.