Pese a llevar solamente un par de meses en la institución, Jaime García participó activamente de las celebraciones por los 103 años de Ñublense.
El actual estratega del Rojo compartió con hinchas, exjugadores y fue parte de muchas actividades, confirmando su cercanía con la hinchada, y de paso la labor social que ha sido una constante en su paso por el club.
García conversó en exclusiva con LA DISCUSIÓN sobre lo que ha sido su estadía en Chillán, más allá de los resultados y de Ñublense.
-¿Cómo evalúa su tiempo en Chillán?
-Estoy contento, independiente de los resultados que se vengan, que tienen que ser positivos. Pero una cosa es clara, desde que llegué las cosas se han tratado de hacer de muy buena forma y nunca me he excusado. Ñublense es la institución que me abrió las puertas y espero estar a la altura. Uno quiere dejar mucho más, hacer muchas más cosas, pero estoy contento por el progreso, aunque ahora hemos tenido una baja que nos ha estancado un poco. Estoy feliz por el club y por la gente. Me siento de una manera muy agradable con todos.
-¿Por qué ha intensificado el rol social y el acercamiento del plantel con la comunidad?
-El rol social se puede tomar de distintas formas. Cuando me exponen con niños con capacidades diferentes yo siempre digo que los diferentes somos nosotros, no son ellos. Nosotros somos envidiosos, y si hago esto pueden decir que soy vende humo, si no lo hago, que no le doy la posibilidad a la gente. Al final nunca vas a entender la maldad, a uno les va a gustar y otros te dicen que te preocupes del equipo. Si puedo entregarle una sonrisa a alguien, si puedo llevar al plantel, porque a veces los muchachos están dentro de una burbuja, y es bueno que vean que hay presión afuera. Acá les pagan por entrenar, por hacer goles, y tenemos un complejo, esa presión no se compara. Yo les muestro realidades de padres que no pueden darle comodidades a sus hijos y cuesta entender, porque hoy como humanidad estamos hecho mierda, en lo social estamos destruidos. A mí me da lo mismo, lo hago igual y lo seguiré haciendo. Puedo pasearme por Chillán porque siempre trato de hacer las cosas bien y de forma transparente. Soy un tipo guerrero, me ha costado llegar donde estoy. El tema social me gusta y lo traigo en mi ADN.
-¿Qué le pareció poder participar en distintas actividades de aniversario?
-Me invitaron de varios lados, no pude ir a ninguna por estar entrenando. Para un técnico es todo, vamos a un lugar donde pueda haber malestar por lo deportivo. Fui a actividades el domingo después de haber perdido, pero yo también tengo que dar la cara cuando perdemos. Para mí fue un privilegio que me hayan invitado. Siento que a cualquier técnico no se le invita a actividades de la hinchada y por eso estoy agradecido, y eso te hace trabajar con muchas más ganas y genera un sentido de pertenencia. Cuando te hacen parte de la historia del club, te hace mirar desde otro ángulo el ser técnico de Ñublense, porque te hacen comprometerte mucho más.
-¿Es importante generar identidad en los clubes y acercar los planteles a la comunidad?
-Lo que te marca estar en esta institución y hacer que sea más cercana a la gente es algo que tienen que hacer todos. Yo no lo hago para que me aplaudan, es un tema que se tiene que hacer. Eres una persona pública y a veces necesitar dar el empuje a una familia que con tu presencia va a estar más contenta. La hinchada mantiene al club, es la que sufre, es la que está domingo a domingo, es la que viaja. Lo que está pasando con la gente es bonito porque le da otra calidad al jugador y va sintiendo otra responsabilidad y otro tipo de compromiso. La institución tiene que abrirse a la hinchada, acercarse y generar un sentido de pertenencia.