Jaime García, al día siguiente del triunfo frente a Audax Italiano, que encumbró a su equipo al tercer lugar de la tabla en vísperas del receso, tomó su vehículo y emprendió viaje a su natal Cartagena, para estar más cerca de sus afectos, especialmente de su madre, Eugenia Arévalo (83).
En el litoral se desconecta de la presión que significa dirigir a Ñublense, el sorprendente elenco recién ascendido a Primera, que cosecha elogios por su juego, intensidad y garra.
Una semana de descanso para él y sus dirigidos, que arrojan estadísticas aplaudibles a nivel físico, que merecían en medio de una competencia estresante.
“Espero que sigan creyendo en su líder, nos propusimos metas y las metas están para cumplirlas, los sueños igual”, reflexiona el “Búfalo”, cuando analiza o desliza un balance de las primeras 10 fechas del torneo.
Para la gente
El entrenador que bosquejó su propio método para sacarle un rendimiento aplaudible a su equipo, en colaboración con su cuerpo técnico, cree que sus dirigidos van a mejorar mucho en la recta final de la primera rueda y de cara al segundo semestre.
“En el balance, prefiero que me queden cosas negativas, porque cuando son muchas positivas no te dejan ver. Prefiero que sea así, para ir mejorando el equipo mucho más, lo bueno es que se están dejando entrenar y eso refleja después lo que quiere la gente, la entrega, la actitud, la garra, el hambre y estoy feliz porque eso refleja lo que yo quiero. El equipo juega como le gusta a la gente”, reflexiona el adiestrador de Cartagena, que cumplirá su tercer año al mando de los “diablos rojos”.
Si bien está contento por el nivel del equipo, considera que el equilibrio será clave para enfrentar la etapa más dura y definitoria del certamen.
“Del cielo al infierno, hay que mantener un equilibrio, no somos los más malos cuando perdemos, ni los mejores cuando ganamos, hay que mantener el equilibrio ya que el equipo siempre cuando juega sale a reflejar lo que quiere toda la ciudad”, recalca el motivador García.
Planificación Copa Chile
El director técnico, que trabajó en las inferiores de Palestino y dirigió a Deportes La Serena y Santiago Morning, le dio descanso a sus jugadores porque lo necesitaban.
De hecho, el desgaste físico que tuvieron en las últimas fechas, dejó averiados. El volante Federico Mateos jugó “infiltrado” frente a Audax Italiano, haciendo un gran esfuerzo físico. El lateral izquierdo, Jovany Campusano, salió resentido de su pierna izquierda.
Es por eso que García ha decidido que la Copa Chile, a la que Ñublense ingresaría en dos semanas más, si es que el sorteo se reprograma tras su suspensión este miércoles por el caso pendiente de Lautaro de Buin, la jugará con equipo mixto.
También confirmó que el plantel, de cara a la reanudación del torneo oficial de la Primera A, proyectado para el 14 de julio, realizará un intertemporada intensa para que no pierda la dinámica que tantos elogios ha cosechado a nivel nacional.