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Las autoridades israelíes debaten qué respuesta dar al ataque iraní con drones y misiles que la noche del sábado hizo sonar las alarmas en todo el país, aunque apenas causó daños leves a una base de la Fuerza Aérea e hirió a una niña, que recibió un impacto de metralla, según informó la agencia Efe.
Pese a que algunos miembros ultraderechistas del Gobierno de coalición han pedido una respuesta contundente del Estado hebreo, lo cierto es que el principal aliado militar de Israel, Estados Unidos, ha dejado claro que no apoyará una escalada en Medio Oriente.
“No queremos una guerra más amplia con Irán”, dijo en una entrevista uno de los voceros de la Casa Blanca, John Kirby, que insistió en que el presidente estadounidense, Joe Biden, no quiere que Washington se involucre más aún en el conflicto.
El apoyo de la aviación estadounidense fue uno de los puntos clave que permitió a Israel y sus aliados neutralizar la gran mayoría de los más de 300 drones, misiles balísticos y misiles de crucero lanzados desde Irán en represalia por un bombardeo en Siria, en el que murieron varios miembros de la Guardia Revolucionaria y que Teherán atribuye al Estado hebreo.
A pesar de los llamados a la contención, varios ministros israelíes pidieron hoy una fuerte respuesta de su país al ataque. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, también antiárabe y habitante de un asentamiento en Cisjordania ocupada, dijo que Israel “tiene que volverse loco” para “crear disuasión en el Medio Oriente”.