En noviembre de 1822 Isabel Riquelme y Meza es testigo del proceso que terminaría con la abdicación de su hijo, Bernardo O’Higgins, en enero del año siguiente. Envuelta en esos días turbulentos, decide confesar a través de íntimas cartas a un amigo el mayor de sus secretos: cómo fue que su amor por un poderoso militar irlandés cambiaría su destino y el de su patria para siempre.
Hasta aquel momento histórico decisivo nos traslada la escritura de Irene Padilla en su primera novela, Cartas al mar (Grupo Planeta). En su libro, la autora recorre la historia de Isabel Riquelme desde su infancia en Chillán hasta sus últimos días, deteniéndose en los detalles de su relación con Ambrosio O’Higgins, un hito biográfico clandestino, apasionado y cruel.
La autora, en conversación con La Discusión, reveló pasajes del libro y prometió llegar pronto a la zona para presentar su trabajo.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]¿Dentro de qué género defines el libro?
El libro es una ficción histórica o novela histórica epistolar donde se mezclan datos de la historiografía con literatura. Yo no soy historiadora, soy periodista, pero de todos modos tienes que investigar, recoger aquellos datos clave de la vida del personaje, que es Isabel Riquelme, el contexto social e histórico en que vivió y con ello nace esta ficción donde intenté recrear mi punto de vista de la relación que tuvo con Ambrosio O’Higgins y Bernardo.
¿Cómo nació la idea de escribir un libro sobre Isabel Riquelme?
La idea nace hace años cuando aún estaba en el colegio, leí sobre la vida de Bernardo O’Higgins y me sorprendió esta historia de su madre. Y desde el 2019 me hice el tiempo de entrar en el mundo de la literatura a través de varios talleres literarios. Pensé en que ella protagonizó una historia épica que mezcla romance, traición, guerra, y que nadie la había novelado así que decidí darle ese espacio que merecía y contar su historia a través de la ficción.
¿Cómo fue el proceso de investigación?
Para investigar a Isabel Riquelme tienes que hacerlo principalmente con las biografías de Ambrosio y Bernardo, de ella hay muy poco, como sucede con la mayoría de las mujeres de la historia chilena, son la madre o la hermana o la hija de alguien. Además, lamentablemente, de ella no quedaron registros como diarios o cartas verdaderas, así que de acuerdo a lo que aprendí del siglo XVIII, de las personalidades de su hijo y de Ambrosio, y de algunos testimonios como el de María Graham o José María de la Cruz que vieron la relación muy cercana entre madre e hijo pude recrear a esta mujer maravillosa.
¿Viniste a Chillán en el proceso?
Empecé a escribir la novela poco antes de la pandemia, y vino el cierre completo. Como no podía ir a Chillán recurrí a mi experiencia, ya que vivo en pleno campo colchagüino, y también a la memoria de mi tío que vivió muchos años en Chillán. Si bien conocía Ñuble, en ese tiempo fui con ojos de turista, que no es lo mismo que cuando quieres sentir ese ambiente y traspasarlo a una novela. Este verano pude ir a la zona, visité el mausoleo de Isabel en Chillán Viejo y me recibieron muy bien los amigos del departamento de Cultura de allá a quienes les doy las gracias. Y comprobé que la imagen que construí en la novela es bien certera.
¿Qué es lo que más llamó tu atención acerca de ella?
Isabel Riquelme es legendaria. Tuvo todo para ser un personaje de novela. Primero, no es menor que haya sido la madre del hijo de un virrey. Creo que nosotros en el siglo XXI no podemos siquiera concebir la cantidad de poder y autoridad que tenía la corona y sus representantes, entre ellos Ambrosio O’Higgins; por lo tanto como la madre de Bernardo ya cae un peso inmenso sobre ella, desde que era apenas una chiquilla de 17 o 18 años hasta el final de sus días. En plena colonia queda embarazada lo que da un tremendo giro a su historia; luego es madre de uno de los revolucionarios más famosos del sur y lo acompaña durante toda la guerra de Independencia, y finalmente desde el exilio es testigo de su país convertido en una república. Para vivir 75 años como ella, con el dolor de ser despreciada por su amante y de que le quitaran a su hijo Bernardo cuando era una guagua; con el terror de ser blanco de los españoles quienes la atraparon y la tuvieron prisionera de guerra; con la pena de tener que dejar su país forzadamente e ir al exilio en Perú cuando Bernardo pierde el poder, todo eso me dio indicios de que fue una mujer sumamente valiente, muy cauta en política, y una amante de su familia.
En general, su figura (lamentablemente) es muy desconocida para los chillanejos, ¿cuál es el perfil que guardas de ella?
Chillán es Isabel Riquelme. Ella no es concebible sin Chillán, así que traté de que ese lugar tan entrañable cruzara por toda la novela. En esta ficción ella ama su tierra. Es una novela epistolar, así que en cada carta sus pensamientos viajan hacia Chillán o la Hacienda Palpal. A Isabel le molesta tener que estar en Santiago donde está la aristocracia que desprecia a su hijo, ese no es su mundo, porque ella es una convencida que es una hija del sur, de la frontera, que esa es su verdadera patria y la de Bernardo.
La foto de portada del libro, también tiene una connotación especial…
Junto a la editorial quisimos buscar una imagen de Isabel en los años que vive este romance y que se convierte en madre de Bernardo. Para ello trabajamos con Ofelia Andrades, pintora experta en retrato, quien ha trabajado estudiando la obra de Rubens y Caravaggio. Para la portada usamos el cuadro de José Gil de Castro, lo rejuvenecimos con una App y con esto, Ofelia hizo su propia interpretación. Ofelia expresó en su momento que para ella fue un honor trabajar sobre una obra de José Gil de Castro, quien fue el mejor retratista del siglo XIX en Latinoamérica. Al rejuvenecer a Isabel Riquelme ella quiso darle una expresión de mujer inteligente, con una mirada intensa, dulce, romántica, una especie de Mona Lisa.
¿Piensas presentar el libro en Chillán?
Tengo que ir a Chillán sí o sí, espero hacer una presentación muy pronto, y lo que más quiero es compartir esta experiencia con los vecinos de Ñuble. Así que la invitación, por mientras, es a que lean este libro y conozcan más de esta mujer grandiosa cuyo nombre está en calles y colegios de todo Chile pero que tan poco se sabe de ella.
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