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Inversión regional se ha triplicado desde que Ñuble es región

Mauricio Ulloa

Desde la creación de la Región de Ñuble, hace seis años, sin duda ha habido avances concretos en el ámbito de la inversión pública.

De los $24 mil millones que recibía de Biobío cuando era provincia, en 2017; pasó a anotar $77.141 millones de presupuesto para el Fondo Nacional de Desarrollo Regional 2024, cifra que espera incrementar aún más para 2025.

Juan Parada, jefe de Presupuesto e Inversión Regional del Gobierno Regional de Ñuble, recalcó que “los beneficios que ha tenido la Región de Ñuble, en términos presupuestarios, se pueden resumir en dos grandes aspectos; siendo el primero y más importante, el poder contar con un presupuesto de inversión propio para el territorio, lo que permite focalizar los recursos de manera sustantiva, es decir, trabajar en una distribución con un criterio local y participativo para resolver las necesidades de las 21 comunas, lo que antes, como provincia dependiente del Biobío, era mucho más complejo, burocrático y lento”, mencionó.

Por otra parte, sostuvo, “al transformarnos en región, sumamos un importante criterio de participación de las provincias y comunas a través del Consejo Regional para aprobar las iniciativas, planes y programas que se pueden financiar desde el Gobierno Regional, sumando una mayor representatividad ciudadana en la ejecución de estos recursos”, afirmó.

Ahora, dijo, “respecto de los desafíos para mejorar la ejecución del gasto, existen varios, entre ellos el más importante, orientado a fortalecer la cantidad y calidad de la cartera de iniciativas de inversión que ingresan al Gobierno Regional a través de un programa de asistencia técnica a los municipios; y por otro lado, ajustar los procesos administrativos internos, que permitan reducir los tiempos de acción en todo lo que implica el proceso de ejecución presupuestaria, para lo cual ya se estamos trabajando”, manifestó.

Indudablemente, mencionó, “también existe una deuda pendiente por parte del Gobierno Central, que debe acelerar los procesos de revisión y control, que en las regiones estamos de acuerdo con que existan, pero con tiempos de respuesta definidos para responder oportunamente a las necesidades de la comunidad y hacerlo de manera eficiente”, aseveró.

“Recibíamos un tercio de lo actual”

Entre los consejeros regionales, quien vivió en primera persona el cambio desde provincia a región fue el actual representante de Punilla, Javier Ávila.

“Por cierto, recibir mayores recursos ha sido uno de los aspectos mas relevantes y favorables de la condición de ser región, ello acompañado de la facultad de poder decidir la destinación de dichos recursos, según las necesidades y prioridades que acá en Ñuble fijamos. Siendo provincia de Biobío, por lo general, lográbamos alrededor de un 20 a 25% del presupuesto de la entonces Octava Región, lo que más o menos equivale hoy a un poco mas de un tercio de lo que es el presupuesto que tenemos como región de Ñuble, por lo tanto, sin duda que ha sido positivo para abordar las brechas que presentaba”, manifestó.

Respecto de las dificultades con las que se han encontrado, Ávila mencionó que lo más difícil se vivió los primeros años, “ya que como región no contábamos con una cartera de proyectos lista para recibir financiamiento. Paulatinamente, esa situación ha ido mejorando, entendiendo que son pocos los municipios de Ñuble que cuentan con las dotación de profesionales necesaria para lograr prontamente el diseño de un proyecto importante, y lograr el RS o la condición que lo habilite para postular al financiamiento”, expresó.

Por ello, dijo, “nos vimos obligados en los primeros años a optar por transferir recursos a otros servicios públicos, como Vialidad, DOH, entre otros, que contaban con proyectos más avanzados y en condiciones de ser ejecutados. Claro está que de esta manera también avanzamos en mejorar las condiciones que presentaban nuestras comunas. Actualmente la situación está más normalizada, aunque aún hay mucho espacio para que los municipios puedan acceder a mayores recursos regionales para el financiamiento de sus proyectos”, sostuvo.

Javier Ávila recordó eso sí que “hay que tener claro que la inversión pública no solo baja a través de los recursos del Gobierno Regional. Es más, el presupuesto que maneja anualmente el GORE alcanza alrededor del 10% del total de los recursos públicos que llegan a Ñuble, por tanto, siempre serán gravitantes los presupuestos que los distintos servicios públicos o que los ministerios destinen a ir cerrando las notables brechas que en diferentes ámbitos presentamos como región. Ahora, si nos preguntamos si los recursos y obras destinadas a Ñuble por el nivel central han sido suficientes, claramente no. Tema aparte es el cómo los servicios pueden enfrentar sus responsabilidades en nuestra región, y a todas luces, la mayoría de los servicios públicos, incluido el Gobierno Regional, en dotación y recursos físicos, están sufriendo, a mi entender por el mal diagnóstico realizado en su momento y que fue insumo de la ley que creó la región”, planteó.

Trato distinto desde el nivel central

Para quien fuera delegada Presidencial para la instalación y hoy consejera regional por Diguillín, Lorena Vera (PPD), “sin duda hay un cambio gigantesco respecto de lo que fuimos como provincia de Ñuble, en materia presupuestaria, en ejecución y en posibilidades de desarrollo de proyectos. Hoy día lo estamos viendo con la carrera de Medicina y el convenio de programación que tenemos con la Universidad del Biobío, con las carreras de la salud, o con el polo de la salud; también con la diferencia que se ha generado con la construcción de Cesfam, de edificios consistoriales, lo que viene con el proyecto de la Teletón que está pronto ya a iniciar su construcción, lo que viene con el centro oncológico, con proyectos tan importantes, como el de la PDI, con su infraestructura que va a cambiar notoriamente, con el proyecto que se está revisando de la Escuela de Formación de Carabineros”, mencionó.

Según Lorena Vera, “la verdad es que no solamente se ha avanzado en términos de infraestructura, sino que en las posibilidades de lo que significa para la gente de Ñuble hoy día poder acceder a distintos recursos a través de los FRIL que presentan los municipios, a través de los proyectos más grandes también que han presentado y que han podido mejorar en términos de acceso al agua potable, de acceso a la salud, de acceso a tener mejores condiciones viales, también para la conectividad vial y otros. La visión que tenemos es que hoy día se ha podido abordar la emergencia, se ha podido abordar con implementación tanto para carabineros, como para la Policía de Investigaciones, como para bomberos, como para CONAF, para poder enfrentar tanto las inundaciones como los incendios forestales, y eso también repercute en la vida de las personas”, expresó.

Sobre los puntos en que hay que avanzar, sostuvo que se debe mejorar el trabajo conjunto con los municipios, fortaleciendo el área profesional y técnica de la Secplan, para que puedan presentar sus proyectos, para que puedan sacarle las observaciones, para que puedan obtener el RS, y así poder ejecutarlos. Eso se vincula principalmente con la posibilidad de tener un trato distinto desde el nivel central hacia las comunas de la región, porque no es lo mismo trabajar con el resto de las regiones que con una región que está en considerable nivel de rezago, tanto en cuanto a pobreza, desarrollo, ruralidad, etc.”, manifestó, mencionando también que la dotación en algunas reparticiones públicas está al debe.

Descentralización regional

Lorena Jardua (UDI) es actualmente consejera regional por Punilla, pero también fue alcaldesa de San Fabián.

“Yo he estado trabajando en la Delegación Presidencial de la provincia de Punilla desde que se creó la región de Ñuble, y la verdad es que también viví el proceso de lucha porque fuéramos región. Claro que se han beneficiado las 21 comunas de Ñuble, especialmente en la obtención de recursos y también con la instalación de todas la seremías y direcciones regionales en Chillán. Quisiéramos que esas direcciones también fueran provinciales y que se pudieran instalar en cada una de las provincias también, para descentralizar la región. Siempre hablamos de que las regiones tienen que descentralizarse de Santiago, y eso tampoco se ha podido lograr, pero tampoco hacemos mucho por descentralizar primero localmente la región”, afirmó.

Lorena Jardua sostuvo que junto con incrementarse los recursos del FNDR, “podemos también decir que ahora se llega cada vez más a comunas que estaban, digamos, muy lejos de poder obtener recursos. Hace pocos días se aprobó un incremento para construir el Instituto de Rehabilitación Teletón, un incremento bastante significativo, y también nos tocó estar en la inauguración del Edificio Consistorial de San Nicolás. También al recorrer la región, especialmente mi provincia, nos hemos dado cuenta de la gran cantidad de kilómetros asfaltados que tuvimos, sobre todo, en el gobierno de Sebastián Piñera, en donde teníamos que cumplir con el asfalto de 100 kilómetros cada año. Eso también ha beneficiado mucho a las comunas de la región, principalmente cuando se les da un enfoque de desarrollo productivo territorial”, aseveró, lamentando eso sí que la ejecución presupuestaria, a julio de este año, sea tan baja (29,8%).

“Ejecución debiera ser lineal y constante”

Cristian Quilodrán es consejero regional independiente por Diguillín, y cree que el hecho de habernos convertido en región, “nos ha otorgado autonomía para tomar decisiones y ejecutar nuestro presupuesto, permitiendo focalizarnos en problemas que como provincia nunca habríamos podido resolver, como la mejora en colegios y alcantarillados”, mencionó.

Si bien el incremento ha sido importante, el ritmo, a su juicio, es lento comparado con otras regiones del país.

“La burocracia estatal sigue siendo un obstáculo pesado que ralentiza los cambios, y esto también afecta a Ñuble. Ejecutar el presupuesto de manera ágil y estratégica sigue siendo complejo. Lo vemos reflejado en las curvas de ejecución, que tienden a ser exponenciales, concentrándose hacia el final del año, cuando lo ideal sería una ejecución lineal y constante. Esto es especialmente crítico cuando hablamos de proyectos bajo el subtítulo 31, que abarca grandes obras que mejoran la calidad de vida, y que siempre queda relegado en términos de inversión”, mencionó.

Respecto de los municipios, dijo, “hemos avanzado considerablemente. Los alcaldes recurren a los fondos con diversos proyectos que han sido bien recibidos. Ahora, el desafío es alinear esos proyectos bajo una visión estratégica, que apunte, por ejemplo, a convertir a Ñuble en el centro logístico del país”.

Según Quilodrán, definitivamente convertirnos en región ha sido positivo.

“La autonomía que nos ha dado la capacidad de orientar y ejecutar nuestro propio presupuesto ha sido un beneficio importante. Hemos podido mantener y potenciar nuestra identidad. Sin embargo, ahora es el momento de dar el siguiente paso. Ñuble ha crecido, pero necesita infraestructura, tecnología y servicios para consolidar ese crecimiento. Es momento de aprovechar nuestra segunda oportunidad para transformar nuestra región”, expresó.

Mayor equidad

Carolina Gómez (ind.-Evópoli), fue una de las últimas en integrarse al Consejo Regional, en reemplazo de Eduardo Redlich, por Itata.

“Separarnos de Biobío y ser una región ha traído muchos beneficios en relación con la cantidad de recursos otorgados. Nosotros tenemos gran cantidad de comunas consideradas las más pobres del país. Al ser región, hemos podido distribuir equitativamente los recursos, considerando las necesidades de nuestras comunas”, manifestó.

Por ejemplo, afirmó, “antes de ser región difícilmente se lograba un par de proyectos que no impactaban significativamente a las comunidades. Hoy se ha llegado a todas las comunas con equidad. A mi modo de ver, como todo cambio, hemos tenido muchas dificultades, por ejemplo, proyectos que estaban aprobados en Biobío han tenido demoras significativas que han afectado a la población; obras de reposición, conectividad entre otras, En relación a la zona costera, somos birregionales aún, lo que dificulta mayormente la toma de decisiones.

Desde mi punto de vista, la descentralización nos da la posibilidad de apuntar a los problemas reales de cada comunidad, pero algunos municipios no presentan proyectos, por desconocimiento no creo, considero que necesitan de equipos de trabajo especializados en la formulación de proyectos. El gobierno regional cuenta con un equipo pequeño de profesionales, un apoyo, pero cada municipio debe contar con un equipo idóneo para poder trabajar en paralelo al gobierno regional, y poder ejecutar obras que mejoren la calidad de vida de las personas”, expresó.

Según Carolina Gómez, “estos seis años sin duda han sido complejos, presentándose una pandemia que influyó en la tasa de cesantía que ha afectado mayormente a nuestra región con casi un 11% de cesantía, aumentando el comercio no establecido, cierre de locales por extrema violencia entre otras causas. A mi juicio nos hemos visto beneficiados al estar separados de Biobío, pues hemos focalizado mejor los recursos, de acuerdo con las necesidades de nuestras comunidades. Sin duda falta mucho por hacer, lo cual requiere de un compromiso más allá de convicciones partidistas y sesgadas que no benefician al progreso de nuestra región. Se requiere de equipos de trabajo con conexión a las necesidades reales de las comunidades”, sentenció.

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