La incertidumbre asociada a la dinámica de la pandemia hace prever un mal augurio para las cifras relacionadas con el mercado laboral de Ñuble durante los próximos meses. En el trimestre móvil abril-junio, la tasa de desocupación regional ya fue mala, de 11,2%, aumentando en 3 puntos porcentuales respecto a igual período del año anterior.
El aumento anual de la tasa de desempleo en la región se debió al retroceso de los ocupados (-21,5%) y la fuerza del trabajo (-18,9%), mientras que los desocupados aumentaron 10,7% en doce meses. En otras palabras, en 12 meses el número de ocupados en Ñuble pasó desde 217.800 a 170.950.
La cifra de por sí ya impacta, pues da cuenta de la destrucción de 46 mil 850 puestos de trabajo, pero lo más lamentable es que se queda corta.
El análisis de los números absolutos permite observar que se esconde una tasa aún mayor. Y es que debido a la crisis sanitaria y económica, el número de personas que busca empleo ha caído sistemáticamente, lo que reduce el tamaño de la fuerza de trabajo y, por tanto, de la tasa de desempleo. En otras palabras, son 44.760 las personas -que estaban activas en el mercado laboral, ya sea ocupadas o buscando trabajo- que han salido de éste porque sencillamente perdieron la esperanza de encontrarlo. Si las sumáramos, la tasa de desempleo no sería de 11,2%, sino que superaría el 27%.
Frente a esta realidad, la prioridad en materia de políticas públicas debería ser una agenda para acelerar la reactivación económica y el empleo en la región. El Gobierno puso sobre la mesa su propuesta, un programa de subsidios de empleo y un plan de inversiones públicas en infraestructuras con la intención de darle un empujón a la creación de puestos de trabajo, pero que ha tardado en las bajadas regionales, aquí en Ñuble y en todo Chile.
No podemos olvidar que detrás de cada una de las estadísticas hay hogares que ha perdido total o parcialmente su fuente de ingresos. El desempleo ya era el gran problema de Ñuble antes de la llegada del coronavirus y será uno de los impactos con mayor duración que le dejará la pandemia a la Región. Por lo mismo, es tarea del Gobierno fortalecer los mecanismos para proteger los empleos y tener estrategias para recuperar esos puestos de trabajo cuando se produzca la esperada reactivación económica.
El drama económico y social puede llegar a ser más grave que la crisis sanitaria por el coronavirus, y durar varios años. Equivocarse en esto traerá más muertos por hambre y miseria que la pandemia misma.