Salvar y crear empleos es la apuesta del Gobierno en medio de la crisis sanitaria y sus efectos en la economía. La receta es proveer liquidez a las empresas para salvar los empleos y apostar por la inversión con efecto contracíclico, para generar nuevos puestos de trabajo, reactivar el consumo y en consecuencia, la economía. Parece ser un libreto aprendido de las anteriores crisis, sin embargo, implementarlo ha demostrado ser más complejo en un escenario de incertidumbre que se arrastra desde 2019, y donde la atención de la autoridad está puesta en salvar vidas.
Tanto las proyecciones macro, que prevén una caída de 5,5% a 7,5% del crecimiento del PIB chileno este 2020 con un desempleo de dos dígitos, como las estimaciones a nivel local, que advierten de bajas del 60% en los ingresos de las empresas en Ñuble, donde un 28% reconoce que tendrá que despedir trabajadores en los próximos dos meses, según la encuesta del Observatorio Laboral Ñuble, plantean un oscuro escenario para el país y la región en el corto plazo.
Por ello, desde el Gobierno y el Legislativo han surgido propuestas para mitigar los efectos de la crisis en el empleo, donde destacan la Ley de Protección del Empleo y los créditos Fogape, aunque respecto de este último existen evaluaciones dispares, debido a la lentitud en la tramitación por parte de los bancos, así como también por el gran número de rechazos en el segmento micro y pequeñas empresas.
Desafortunadamente, el costo fiscal de enfrentar la emergencia y las medidas de apoyo ha significado reasignar gastos, lo que ha obligado a una reducción de los recursos o la ralentización de proyectos de obras públicas, que son intensivas en el uso de mano de obra. Pero por otro lado se valora la inyección de recursos adicionales para Vivienda, un sector que también es capaz de generar un gran número de empleos con rapidez.
En ese contexto recientemente se alcanzó un acuerdo político para crear un fondo de US$12 mil millones que financie por dos años los efectos de la pandemia, con medidas como el ingreso familiar de emergencia, subsidios al empleo, incentivos tributarios para las empresas, agilización de proyectos de inversión, aceleramiento de concesiones y la facilitación del acceso al crédito.
A nivel local, la Cámara Chilena de la Construcción presentó una propuesta de reactivación que permitiría crear 20 mil empleos en Ñuble, en los próximos tres años, mientras que los alcaldes intentan consensuar una cartera de proyectos que permita incentivar inversión pública en la región.
Es clave que el país sea capaz de poner también como primera prioridad la protección de los empleos, pues de no hacerlo, no solo se incrementará la vulnerabilidad de las familias, sino que se impactará de forma más severa el consumo, con un efecto dominó sobre toda la economía, y se destruirán puestos de trabajo que será muy difícil recuperar en la postpandemia.
