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La formulación de una política de internacionalización de la Región de Ñuble es uno de los trabajos prioritarios que está llevando a cabo el Gobierno Regional, y tiene una especial relevancia para la Región, por cuanto su limitada estructura productiva tiene una alta dependencia de los mercados externos.
Es una iniciativa pionera, y constituirá una hoja de ruta para el trabajo de las actuales y futuras autoridades locales, sentando las bases de una misión identificada por su fuerte vocación silvoagropecuaria y su potencial de desarrollo en la industria de los alimentos.
La internacionalización no tiene que ver únicamente con aumentar las exportaciones, o con diversificar la canasta de productos, sino que abarca áreas tan amplias como la atracción de inversiones y el turismo, razón por la cual el trabajo debería apuntar a tres aristas: fomento productivo, ciencia y tecnología, y cultura, lo que por cierto incluye la oferta de servicios educacionales.
Para ello es importante escuchar a los entes involucrados, como las Pymes, la academia, los servicios públicos, los exportadores y diferentes actores sociales. Ello permitirá construir una estrategia sobre una base de información amplia, no solo de las potencialidades de las provincias de Punilla, Itata y Diguillín, sino de sus aspiraciones y sus limitaciones. De hecho, uno de los temas relevantes es la identificación de brechas entre las Pymes y las grandes empresas cuando se trata de salir al exterior.
En ese sentido, los números son bastante elocuentes, pues de las cerca de 17 mil Pymes que existen en la región, no más de 500 exportan. Es por ello que uno de los focos del trabajo del Gobierno ha sido precisamente el brindar oportunidades de internacionalización a las Pymes, tratando de contribuir a emparejar la cancha entre las empresas más grandes y las de menor tamaño.
El trabajo coordinado de distintas instituciones, públicas apunta precisamente a la identificación y superación de brechas productivas y de comercialización de las Pymes, de cara a la búsqueda de mercados en el exterior.
Con una política de internacionalización, se podrá avanzar de manera coordinada y planificada hacia dicho objetivo, y ya no de manera aislada y reactiva, como ocurre actualmente, en que se suscriben convenios internacionales sin un objetivo estratégico claro, y en que distintas instituciones públicas abordan esta tarea desde su ámbito de acción, con sus propios énfasis.
Chile, la economía más abierta del mundo, tiene una oportunidad enorme de aprovechar sus ventajas comparativas y su amplia red de acuerdos comerciales, que le permiten acceder a países que representan el 86% del PIB mundial, para incrementar sus relaciones internacionales, y no solo comerciales.
Sin embargo, en la medida que existan amplias brechas internas, como las que afectan a las Pymes, estos beneficios seguirán siendo aprovechados exclusivamente por las grandes empresas.
Ñuble tiene el gran desafío de abandonar los primeros lugares de los ranking de pobreza, atraso y bajos sueldos, pero para que ello ocurra, es indispensable trabajar en la asociatividad de las Pymes, y en reducir las brechas de acceso a tecnología, capital humano y financiamiento que las afectan.