Inserción laboral: el problema es el cómo

Señor Director:
El debate sobre la empleabilidad no se resuelve solo con cifras. Muchos egresados que dedicaron años a su formación, investigación y proyectos enfrentan hoy un escenario laboral incierto: postulaciones que nunca reciben respuesta y oportunidades que se diluyen en silencio.
El problema no está en la preparación universitaria, que sigue siendo rigurosa, sino en dos fallas estructurales. Por un lado, el desajuste entre egresados y empleos: según el SIES (Mineduc, 2024), la matrícula en educación superior creció un 13,5 % desde 2020, mientras que el INE reporta que el empleo formal apenas aumentó un 1,2 % en 2023, aún por debajo de los niveles pre pandemia. Por otro lado, los procesos de inserción laboral muestran desigualdades: sistemas automatizados que filtran de manera poco clara, reclutadores sobrecargados y postulaciones que se pierden en el camino. Así, no todos los candidatos enfrentan las mismas condiciones, lo que erosiona la percepción de equidad.
No es correcto concluir que “el esfuerzo universitario no importa”. Casi todos los avisos de empleo exigen conocimientos adquiridos en la formación superior. Lo que está en crisis no es la educación, sino la transparencia y consistencia de los mecanismos que definen quién accede realmente a un puesto.
El problema no es cuántos logran insertarse, sino cómo.
Macarena Palou
Ingeniera Comercial