Con la intervención de doce senadores, la sala de la Cámara Alta inició el debate de la reforma constitucional que busca rebajar y uniformar a 4/7 el quórum requerido para modificar la actual Carta Fundamental.
La iniciativa se origina en una moción de los senadores Ximena Rincón, Iván Flores y Matías Walker, de la DC; y del independiente de la bancada PPD, Pedro Araya.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]En su calidad de presidente de la comisión de Constitución, el senador Matías Walker informó los alcances del proyecto y el proceso de estudio que se dio en esa instancia, a la que concurrieron abogados constitucionalistas.
El legislador precisó que el objetivo fundamental del proyecto es reducir los quórum de 2/3 y 3/5 contemplados en la actual Constitución, a uno uniforme de 4/7 de los miembros de cada cámara.
La iniciativa, que ha generado polémica por su acelerado trámite a solo semanas del plebiscito Constitucional de salida, no ha sido bien recibida por los parlamentarios del Frente Amplio y del PC, quienes ven en ella, “una maniobra” para favorecer a la opción rechazo.
La reforma surgida al alero de algunos senadores DC generó, además, división al interior de dicha colectividad. Incluso, la también senadora del partido, Yasna Provoste, tildó la iniciativa como “una operación de maquillaje a la Constitución de 1980, con un fórmula que jamás usaron en los últimos treinta años”.
Así lo recalcó también la senadora por Ñuble del PPD, Loreto Carvajal.
“Ayer (martes) se comenzó a discutir este proyecto de los 4/7, y lo he dicho en otras oportunidades, creo que es inoportuno y no es la forma de discutir y modificar los quórum constitucionales en medio de una elección. Los chilenos y chilenas deben votar con total libertad y esperar el resultado del 4 de septiembre, tras lo cual, si se aprueba la nueva Constitución tal y como queremos, habrá instancias para efectuar modificaciones posteriores, algo que está incorporado en el texto propuesto. Me parece que esta iniciativa solo busca de cierta manera enmascarar a quienes quieren aminorar el camino del Apruebo y generar, como lo han dicho cuatro de sus autores, que la ciudadanía rechace la nueva constitución”, aseveró.
Acciones dilatorias
El proyecto, que busca ser aprobado antes del plebiscito del 4 de septiembre, quedó pendiente para una próxima sesión en la sala de la Cámara alta, luego que el senador Juan Ignacio Latorre (RD), solicitara una segunda discusión.
Esta situación, según el senador de la UDI, Gustavo Sanhueza, es contradictoria, “pues se respaldan los mismos cerrojos que por años se le criticaron a la actual Constitución”, dijo, comprometiendo el voto favorable de su bancada.
“Es absolutamente contradictorio que el Frente Amplio y el PC apoyen los cerrojos que dejó la propuesta de nueva Constitución. Tantas banderas que se levantaron pidiendo cambios constitucionales, y hoy, que tenemos la oportunidad de bajar los quórum antes del plebiscito del 4 de septiembre, no contamos con el apoyo del Frente Amplio y del PC. Es más, el propio senador Latorre, haciendo uso de una prerrogativa reglamentaria, logró dilatar con esta segunda discusión una iniciativa que cada día tiene mayor consenso entre la ciudadanía. El Frente Amplio y el PC corren el riesgo de quedar nuevamente al margen de la historia, ya ocurrió en el Acuerdo por la Paz, cuando no adscribieron, lo que perjudica aún más la opción del Apruebo”, aseveró.
Sanhueza agregó que “como bancada de la UDI reiteramos nuestro compromiso para aprobar este proyecto, que finalmente lo presentaron senadores de la DC, pero que era algo que ya habíamos propuesto. Así podemos viabilizar un gran acuerdo nacional por una buena Constitución, que es lo que finalmente demandan los chilenos. El diálogo debe comenzar hoy y profundizarse a partir del 5 de septiembre”, sostuvo.
Efectos electorales del proyecto
Según la experta en Marketing Político, Paulina Pinchart, la discusión de este proyecto ad portas del plebiscito “busca darle una justificación racional al voto del rechazo”, precisó.
“Lo único que facilita este proyecto es que quienes quieren escuchar que existen más alternativas que el apruebo y el rechazo, lean también que se puede rechazar con una posterior modificación. Sin embargo, se trata solo de ‘futurología’, porque no sabemos qué dirán después que estén los resultados del plebiscito”, manifestó.
Claramente, según Pinchart, “quienes están pensando en votar rechazo, encuentran en este proyecto una justificación más para optar por esta alternativa sin pensarlo tanto, por lo tanto, favorece para reafirmar esa intención de voto, no obstante, nadie puede garantizar lo que ocurra después del plebiscito”, planteó.
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