Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Chile, y en los últimos años su prevalencia ha aumentado en las mujeres jóvenes. En Ñuble el diagnóstico más frecuente es el infarto agudo al miocardio.
“Se trata de una emergencia médica, donde hay una muerte de células del corazón o parte de él, producto de un cese del flujo sanguíneo que se hace mucho menor a los requerimientos que tiene el músculo del corazón, llamado miocardio. Sin sangre los tejidos no reciben oxígeno y mueren”, explica el doctor Paulo Narváez, cardiólogo del Hospital de Chillán.
Entre los principales síntomas del infarto está el dolor torácico por más de 10 minutos y de acuerdo con el especialista, “es el dolor anginoso, que parece una opresión habitualmente en el centro del pecho o en la zona cardiaca, opresivo, muy intenso, el dolor más fuerte que la persona ha sentido, habitualmente asociado a síntomas de sensación de muerte inminente, sudoración, el paciente incluso se puede desmayar, y este dolor muchas veces se irradia al hombro, cuello y brazo”.
Aunque la presentación de síntomas es similar en todas las personas, en las mujeres frecuentemente la forma de presentación es atípica, con dolor mandibular, boca o muela; en el cuello, y otros que se pueden asociar a problemas digestivos, cuadros de angustia o depresión.
“Como puede presentar estos síntomas que no son los habituales, la mujer tiene un porcentaje mayor de consulta más tardía, un subdiagnóstico, es decir, una vez que llegan al hospital, tiene mayor posibilidad que el hombre, sobre todo las que son jóvenes, de no ser diagnosticadas inmediatamente cuando están cursando un infarto”, comenta el especialista.
Además de las mujeres, las personas mayores y con diabetes tienen más probabilidades de presentar síntomas atípicos como los descritos. De ahí, la importancia de conocerlos para consultar oportunamente.
Narváez recalca la importancia de acudir a tiempo a una unidad de emergencia hospitalaria, “ya que una intervención oportuna ofrece más posibilidades de restaurar el flujo sanguíneo al músculo cardiaco, para evitar que se dañe o quede con secuelas, a través de herramientas farmacológicas o intervencionales, especialmente en pacientes que tienen riesgo cardiovascular elevado”.
Factores
“La obesidad, el sedentarismo, la poca o nula actividad física”, son factores de riegos para desarrollar un infarto explica el facultativo. “No es suficiente ejercitarse una vez a la semana, por lo menos se necesitan 150 minutos de actividad física semanal, sería ideal y la mayoría de los días”.
No basta con reconocer un factor de riesgo, hay que tener presente el antecedente familiar, haber tenido un familiar joven que haya sufrido un infarto agudo al miocardio, menor a 45 o 55 años, un familiar directo padre, hermano, hijo.
Por la frecuencia de este problema de salud, su gravedad e impacto en la calidad de vida, está incluido en el Auge. De hecho, es reconocido como un gran logro en Latinoamérica y el mundo, que en el país el tratamiento del infarto agudo al miocardio esté garantizado por ley.