Señor Director:
Se hace necesario iniciar con un marco general en base al cual posicionarse para hablar de inclusión. Para nuestra disciplina, este elemento fundamental es la consideración de una perspectiva de derechos humanos para la comprensión de procesos inclusivos. Junto con esto es gravitante el rol que desde esta perspectiva cumplen tanto las familias, como amigos y profesionales vinculados a personas que requieren de apoyos en distintos ámbitos de su cotidianidad, puesto que muchas de la barreras o limitaciones subyacen del desconocimiento o desinformación por parte de la población general.
En nuestra sociedad, resulta complejo interesarse por problemáticas que no impacten directa e individualmente, razón por la cual las brechas para comprender o interesarnos en las condiciones de vida de un otro resultan sumamente complejas y lejanas para la gran mayoría de nosotros. Esta cuestión cobra relevancia si pensamos que los seres humanos somos interdependientes, es decir, requerimos de distintos apoyos, en distintas circunstancias de la vida, para la toma de decisiones que nos permitan acceder a experiencias que contribuyan de manera satisfactoria a nuestra vida cotidiana, a darle forma a un proyecto de vida.
Se debe considerar que existe un escenario social, donde transcurren estas experiencias vitales. Por tanto, es necesario participar de este espacio compartido de manera empática y respetuosa, informándonos para la construcción de una sociedad equitativa, y así abrir los espacios para la generación de políticas públicas que sean garantes de todos los sujetos. La inclusión es un trabajo de cada una y uno de nosotros, desde el reconocimiento de la diferencia como un valor, hasta acciones concretas y cotidianas que ponga de manifiesto la equidad.
Roxana Muñoz
Académica U. Andrés Bello