Incidencia del ciberbullying preocupa a comunidades educativas de Ñuble
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A fines de mayo, un caso de ciberbullying en el colegio Saint George’s de la Región Metropolitana fue publicado por la prensa capitalina luego que el plantel denunciara que alumnos usaron Inteligencia Artificial para crear imágenes falsas de compañeras desnudas, quienes fueron objeto de burlas. Tras la investigación, los involucrados recibieron diferentes sanciones por su grado de participación en el hecho.
La región de Ñuble no está ajena a casos de ciberacoso en sus recintos educativos. Según cifras de la Superintendencia de Educación, durante 2023 se registraron 21 denuncias relacionadas con esta causa en el ámbito local, en el año 2022 ingresaron 14 y en el 2021 cuatro. En el presente año, a la fecha, la institución no ha recibido denuncias de esta índole.
“Tomando en cuenta el año 2023, Ñuble está en el décimo lugar de las regiones que recibieron más denuncias relacionadas con ciberacoso. Esto considera la cifra bruta de denuncias, no corresponde a una tasa de denuncias, por lo tanto, la ubicación de las regiones podría estar influenciada por el tamaño de su población. Si tomamos como punto de partida a aquellas regiones que tuvieron una cantidad similar de denuncias que Ñuble por ‘Maltrato entre estudiantes’ -que son Tarapacá, Maule y O’Higgins-, Ñuble registra un nivel de denuncias menor por ciberacoso comparado con esas regiones”, analizó el director regional de la Superintendencia de Educación, Juan Carlos Sánchez.
Si bien durante este año, a la fecha, este organismo informó que no ha recibido denuncias por violencia entre estudiantes, a través de entornos digitales, los establecimientos sí han consignado casos que se han puesto en conocimiento del Ministerio Público y las policías, ya que por sus características pueden ser constitutivos de delito, por lo tanto, tiene la obligación de exponer estas situaciones.
Casos recientes
El 10 de mayo pasado el Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás comunicó la existencia de cinco páginas o perfiles de redes sociales tituladas como “confesiones”, donde detectaron contenido “peligroso” y “ofensivo” que afectaba la integridad psicológica de los estudiantes y de otros miembros de la comunidad educativa.
El director del establecimiento, Víctor Reyes, confirmó que el establecimiento no solo activó una investigación interna, sino también denunció el hecho en la Fiscalía y en la Policía de Investigaciones con el fin de dar con los autores que están detrás de esos perfiles.
“El protocolo es bien estricto en esto y cada vez que tenemos casos de vulneración de derechos o de ciberbullying, inmediatamente comunicamos a la fiscalía todos los antecedentes que entregan los propios estudiantes o lo que nosotros podemos encontrar en las redes sociales. Dentro del protocolo, junto con denunciar a la fiscalía, generamos una investigación interna para poder frenar lo que ocurre con las cuentas falsas, advertimos a los apoderados. Nosotros regularmente estamos enviando notas a los apoderados para que puedan establecer más control sobre el uso de la tecnología, en este caso de las redes sociales, porque todo parte en el hogar”, aseguró.
En este caso, la víctima se entera de los comentarios negativos hacia su persona, gracias a un amigo quien lo pone en conocimiento de lo sucedido en redes.
“La víctima no es parte del grupo, no sabe que escribieron en las redes y él se entera cuando un amigo le comenta lo que escribieron. Ese niño se acerca y te pide ayuda, y ahí uno va a la fiscalía y hace una investigación interna. Nosotros inmediatamente llamamos a los apoderados y hacemos todo el tema de contención”, señaló.
Si bien el liceo inició una investigación interna, se reconoció que una de las debilidades en este tipo de indagatorias, es dar con los responsables, ya que como ocurre en un entorno digital, los autores actúan desde las sombras, amparados en un perfil que no revela una identidad auténtica, lo que es difícil de rastrear. En ese sentido, el establecimiento espera que la policía obtenga resultados concretos e identifique a los autores de los mensajes para tomar medidas internas.
“Finalmente todos los psicólogos y personas que trabajan en convivencia escolar se enfrentan a un mundo invisible, porque no tienes las herramientas para poder encontrar efectivamente quién está dañando a otro. (…) Está el reglamento interno de convivencia y las sanciones, que están puestas en el manual y que tiene la superintendencia, pero no se llega a eso, porque las cuentas o perfiles no existen, son falsos. Aparecen nombres y cuentas que son imposibles de rastrear. Esa es la complejidad, porque a quién se acusa o acude. Entonces, lo que hay que hacer es la prevención y nosotros la trabajando con los apoderados, informando periódicamente que revisen las redes sociales de sus niños, que no dejen tan libre el acceso a las redes sociales”, enfatizó.
Posterior a ese caso, el 6 de junio el Instituto Santa María de Chillán denunció tres cuentas falsas de Instagram y a los días después una cuarta, con la intención lastimar o burlarse de alumnos por su orientación sexual o identidad de género.
Por esta razón, el colegio puso en conocimientos los antecedentes a la fiscalía local e inició una investigación interna para dar los responsables de las publicaciones.
El rector del ISM, Cristian Flores, comentó que las cuentas fueron bajadas de la plataforma virtual tras las denuncias, sin embargo, días después se publicó una nueva que también fue alertada al Ministerio Público.
“Nos ponen en conocimiento de unas cuentas en la red social de Instagram donde personas estaban ofendiendo a estudiantes y compañeros, exponiendo nombres e incluso apellidos. Obviamente tuvimos que actuar con mucha rapidez y como manejamos un modelo desde la convivencia educativa que se llama ‘Modelo de Escuela total’, que no solo es necesario en lo preventivo, sino la activación de estos protocolos, procedimos de acuerdo a lo que tenemos declarado, presuntos delitos se canalizan a través de la fiscalía y la PDI, pero también se hace el plan formativo, que es bien amplio, trabajamos con las familias, en orientar a los padres, que son los primeros responsables en la supervisión de los medios tecnológicos”, explicó el rector del ISM, Cristian Flores.
El establecimiento cuenta con un equipo de informática que ha investigado y ha aportado antecedentes que han sido entregados a la fiscalía y la policía para que sus indagatorias avancen con mayor eficiencia.
“Las cuentas desaparecieron, pero igual nos interesa saber que las autoridades nos den cuenta si pueden llegar a identificar quién o quiénes son los responsables, porque hay que dar señales claras y ejemplificadoras. (…) Primero tenemos que cumplir la ley 20.084, pero también está la ley 20.536 que habla y norma todo esto, que tenemos que seguir lo declarado en el reglamento interno, que activamos el camino formativo y el que tiene que ver con las acciones de las instituciones gubernamentales al servicio del colegio. No lo podemos pasar por alto. De hecho, implicaría lo más gravoso, más allá de lo que decida el tribunal, tenemos las amonestaciones hasta llevar esto, a través de nuestro equipo jurídico, a la cancelación de la matrícula o expulsión”, advirtió.
Desde el colegio son enfáticos en recalcar que la alianza formativa entre el colegio y la familia es clave para desterrar prácticas que atentan con la integridad de los alumnos, ya que no basta con las acciones que pueda adoptar el recinto.
“Sabemos que el ciberacoso es una violencia y que genera consecuencias graves en los menores y también en los adultos, en la autoestima, temas de depresión, facilita y aumenta a ansiedad y también en estos tiempos las conductas suicidas. Hoy día es tan grave esto, que el llamado de atención, es que pongamos más ojo de cómo están haciendo uso de su tiempo libre con conexiones a redes sociales los niños dentro y fuera de la escuela, y qué está pasando en el control y monitoreo en las familias, porque estamos viendo que son menores que están desvirtuando y creen que la resolución de conflicto es hablar de otros desde lo negativo y no constructivo. Es un delito, algo penado por la ley que no podemos permitirnos en este colegio”, recalcó Cristian Flores.
En estos casos recientes, ambas unidades educativas presentaron las denuncias a la fiscalía local, cuyas causas se encuentran reservadas, por lo tanto, no es posible acceder a información al respecto. Sin embargo, desde la Brigada del Cibercrimen de la Policía de Investigaciones de Concepción (Ñuble no cuenta con esta unidad) se refirieron a las características que tienen, en general, las investigaciones relacionadas con esta materia.
“Las cuentas de redes sociales que se van creando siempre están asociadas a algún tipo de información. En esas empezamos a investigar en más detalle y técnicamente, para eso necesitamos la mayor cantidad de datos para poder investigar esa cuenta o perfil. Ahora acá hay empresas privadas involucradas, por ejemplo: Meta, que agrupa Instagram, Facebook y Whatsapp. La colaboración con esas empresas, por parte de la Fiscalía y PDI, también es una constante, eso se da, porque la información técnica la debemos recibir de esas empresas. (…) Hemos tenido varios casos de éxito en identificar la persona que está detrás de un perfil, porque cuando uno crea un perfil va dejando ciertos datos de contacto, de recuperación, y en ese sentido, es la información que finalmente obtenemos de las empresas. Ahora hay otras técnicas investigativas, que, por razones de reserva, no es bueno exponerlas”, precisó el jefe de la Brigada Investigadora del Cibercrimen de la PDI Concepción, subprefecto Andrés Contreras.
Control parental
La presidenta del Centro de Padres y Apoderados del Instituto Santa María, Olga Alarcón, lamentó que las rr.ss sean utilizadas por jóvenes para denostar a otros, sin medir consecuencias de lo que estos ataques causan en las víctimas y en sus familias.
“Creo que también ahí los papás estamos llamados a reforzar, vale, o sea, no solo quedarnos con lo que el colegio nos está aportando, sino que nosotros en la casa también es un tema que tenemos que conversar, porque yo creo que muchos papás que no tienen ni idea, que sus hijos son acosadores cibernéticos, hablo en general. Entonces, ahí hay un llamado nosotros, los papás, a estar más atentos, a conversar, a aprovechar. El colegio nos está entregando herramientas de prevención, porque hay campañas de prevención, llamando al buen trato, a la empatía, a los valores”, manifestó.
Protocolo
La Superintendencia de Educación expuso que la circular N°482 instruye a los establecimientos a incluir en sus reglamentos, estrategias de prevención y protocolos de actuación ante situaciones de acoso o violencia. Ante un caso, el establecimiento debe activar los protocolos, los que deben tener un procedimiento, plazos de investigación y resolución, sanciones y la forma de comunicarse con apoderados de estudiantes afectados. También debe contener las medidas tanto para afectados e involucrados. Además, si hay indicios de que el hecho pueda ser constitutivo de delito, el establecimiento debe denunciarlo a la PDI, Carabineros o el Ministerio Público en un plazo de 24 horas.
En el caso de las víctimas de un ciberacoso, el director regional de la Superintendencia, Juan Carlos Sánchez, comentó que, “es importante que orienten al afectado para que ignore y bloquee al remitente y no responda a la agresión. Junto con esto, se debe informar al establecimiento para que active el protocolo respectivo”.
La atención a señales es clave para detectar eventuales situaciones anómalas, apuntó la autoridad, en el sentido, de que “los colegios, los docentes y adultos responsables deben conversar de manera privada con estudiantes que presentan cambios en la conducta, el estado de ánimo, en la asistencia o en el rendimiento, que no tengan una explicación evidente”
Asimismo, señaló que “se debe intervenir cuando hay bromas o comentarios irónicos hacia algún compañero que no resultan comprensibles para el adulto, pero que generan una reacción en el grupo de estudiantes y en la posible víctima (miradas nerviosas, risas, gestos). Esto suele indicar que algo está ocurriendo a espaldas de los adultos y podría ser una situación de acoso”.