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Cada temporada de incendios pone a prueba a nuestro país, sus instituciones, empresas, comunidades y, particularmente, a los territorios con vocación forestal. La ocurrencia de estos siniestros obliga al despliegue abnegado de bomberos y brigadistas, la acción decidida de autoridades políticas, al concurso de técnicos y expertos, pero también a la colaboración de quienes nos desenvolvemos desde la esfera privada.
Todos estamos convocados a la hora de cuidar nuestro entorno y proteger la vida de las personas, y la misión es una: evitar a toda costa el crítico escenario de 2023, como también la tragedia que hace algunos días pudimos observar en la Región de Valparaíso.
Soy una convencida del valor de la cooperación público-privada. En esa lógica, en diciembre, iniciamos una ronda de encuentros destinados a fortalecer las acciones de prevención con actores públicos y privados, pero también con las comunidades que están en el entorno de nuestro gasoducto, que conecta el abastecimiento de gas natural argentino con las industrias y empresas que utilizan este noble combustible para producir, generar empleos y prosperidad en este hermoso territorio.
Quiero destacar el trabajo que hemos hecho junto a Corma Biobío-Ñuble, con quienes intercambiamos ideas para hacer frente a la emergencia. Mientras ellos detallaron su experiencia en combate de incendios, nosotros presentamos el trazado subterráneo de nuestros ductos, a la vez que ofrecimos capacitaciones y un terreno de propiedad corporativa como eventual puesto de comando.
Y como los incendios no conocen fronteras regionales, tal como lo demostró el siniestro de Florida-Quillón, visitamos las dependencias de Conaf Biobío y Ñuble, y a sus respectivos responsables les indicamos lo mismo: prestos para aportar en lo que resulte necesario.
Esta disposición es compartida por muchas otras empresas y servicios instalados en la zona y estamos ciertos de que es el camino correcto. La colaboración público-privada en situaciones de emergencia no solo es una necesidad, sino también una estrategia inteligente y de altísimo valor. Las empresas aportan conocimiento e insumos, mientras que el sector público representa la coordinación y la autoridad necesaria para dirigir los esfuerzos.
Este modelo de colaboración, consideramos, podría extenderse a través de la creación de alianzas estratégicas entre el gobierno, el mundo privado y otras organizaciones de los territorios. La implementación de protocolos de respuesta conjunta, el aprendizaje colaborativo y el intercambio de datos pueden fortalecer aún más la capacidad de contrarrestar los incendios actuales y futuros.
Ese es el llamado que queremos hacer y la apuesta de nuestras empresas: cooperar estrechamente, proporcionar toda la información necesaria y aportar en aquello que nos resulte posible en el ámbito de nuestras competencias. No hay otra forma de hacer frente a los incendios forestales.
Patricia Cabalá Leiva
Gerente General Innergy y Gasoducto del Pacífico