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Incendio provocó orden de evacuación masiva y alarma anoche en Chillán

Cristian Cáceres

La versión oficial dice que la noche de terror que vivió Chillán en la pasada jornada fue consecuencia de un incendio de origen aún desconocido, que se habría registrado en el sector de Quilmo, en el límite suoriente de la capital de Ñuble con la comuna de Chillán Viejo, a las 17 horas, aproximadamente.

Versiones de testigos dicen que habría arrancado incluso antes. Cerca de las 15 horas de ayer, en las cercanías del predio que el Ejército mantiene en ese sector rural para sus ejercicios militares. Todo esto es parte de lo que el Ministerio Público deberá investigar a través de los laboratorios de Bomberos y del Labocar de Concepción.

La tarea asoma titánica, puesto que las últimas estimaciones hechas públicas en la madrugada de hoy hablaban de 80 hectáreas siniestradas del área rural y urbana. Fue precisamente esta condición que generó una alarma, casi similar a la vivida en la ciudad tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.

Fue a las 23.24 minutos cuando las alarmas del Senapred se contactaron con los teléfonos celulares de cada uno de los vecinos de la comuna para alertar sobre la orden de evacuar la villa Jerusalén. Y el pánico fue inevitable.

Se trata, ni más ni menos, de la primera evacuación masiva –sobre 200 viviendas- desde que los protocolos de emergencia se reformaron en Chile tras el terremoto y sunami del 2010.

Los videos por redes sociales, mostrando a despavoridos vecinos gritando, arrancando en sus autos, llorando dejando tras suyo a sus casas con un intimidante y abisal fondo anaranjado. Bajo un cielo de humo negro.

Y es con esta situación como salón de fondo que apareció lo mejor y lo peor de nuestra sociedad.

Pese a los pronósticos desalentadores que se amparaban en la enorme masa biocombustible existente en el sector afectado, en la velocidad del viento que avanzaba hacia el norte, Bomberos, las brigadas de Conaf y las unidades de emergencia de la Delegación Presidencial, de la Municipalidad y la Gobernación, cumplieron. Hubo momentos extremadamente complejos y no solo por el avance de las llamas a través de la vegetación seca, sino también porque hubo explosiones, presumiblemente restos de pólvora y artefactos para el ejercicio militar en el recinto militar de Quilmo y un aserradero entero sirvió de nutriente al fuego. Pese a todo ello, las unidades de emergencia cumplieron. Hasta anoche -según el último reporte- no se registró ninguna vivienda destruida y solo una persona lesionada, un voluntario de bomberos que resultó con policontusiones.

Sin embargo, “la familia Miranda llegó al lugar, quizás a tomar fotos, a hacer videos o sencillamente a mirar y eso causó muchos problemas a Bomberos y los brigadistas. El taco que se generó para llegar hasta la villa Jerusalén era enorme y eso no hizo más que entorpecer el trabajo”, dijo el gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo.

Y la crítica se replicaría en las voces del alcalde de Chillán, Camilo Benavente; en la directora del Senapred, Gilda Grandón; en el director de Conaf, Juan Salvador Rodríguez y autoridades de Bomberos. Se cansaron de hacer llamados a través de los medios de comunicación para que “por favor no vengan”. No hubo caso.

Si así hubiese ocurrido, tal vez las llamas no hubiesen destruido los cuatro vehículos declarados hasta anoche, ni a un taller mecánico ubicado en el sector que se incineró por completo. Tampoco a un par de bodegas, una casa desocupada y a parte del colegio Hispanoamericano.

Otros vecinos, quienes obedeciendo la orden de evacuación, comenzaron a sacar sus enseres a la calle para luego subirlos a sus autos y salir del área de riesgo, declararon que hubo personas que les robaron algunos de sus bolsos y cajas en las que guardaban sus cosas.

Ya cerca de la 1 de la mañana, las autoridades confirmaron que el siniestro estaba controlado. Copelec había cortado el suministro para evitar nuevos focos (lo que afectó incluso a vecinos de la comuna de Pinto). Cuando comenzó a iluminarse de nuevo la vía pública y algunas casas comenzaron a prender sus luces, la gente evidenció ese mismo alivio que muchos sintieron cuando salió el sol matutino tras la madrugada del terremoto de 2010.

Ahora, habrá que esperar el balance de esta jornada, con detalles más precisos sobre el origen y las consecuencias de este siniestro.

Cuatro focos

Hasta la madrugada se hablaba de cuatro focos simultáneos que debieron combatir las unidades de emergencia, solo con material terrestre, ya que el protocolo nacional no permite que los aviones trabajen sin luz día.

Hasta hoy en mañana se seguía trabajando en el finiquito de las llamas, mediante un trabajo que convocó a cerca de 15 compañías de bomberos de toda la región, lo que significó la presencia de más de 200 voluntarios, más los brigadistas de Conaf.

Fueron aproximadamente cuatro estructuras las que se quemaron (aún no se precisa de qué tipo) y se dispusieron como albergues a las escuelas Ramón Vinay y la sede del Club Deportivo Cóndor, aunque no se había confirmado familias damnificadas.

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