Señor Director:
Los partidos políticos chilenos se han visto disminuidos en sus liderazgos en el último tiempo. Antes eran referentes a nivel nacional de casi cualquier actividad política o institucional, hoy en día se han quedado como agrupaciones que reflejan ciertas posturas o proyecciones ideológicas, pero no marcan un ritmo definidor en la dinámica política. Partidos tradicionales que eran reflejo de toma de decisiones hace no muchos años, ahora están obligados a reformularse para su sobrevivencia; el escaso crecimiento de militantes y los pobres resultados electorales en los recientes comicios dan un diagnóstico cancerígeno para múltiples partidos.
El contexto político actual, si bien presenta una nueva oportunidad para las agrupaciones políticas emergentes, también ha demostrado ser excesivamente desafiante para que estos nuevos actores no sean atrapados por la rutina trivialidad establecida una vez se desempeñen en puestos de representación.
Lo anterior, claro, señalando aquellos que tienen cierta ventaja, ya que en el otro lado han quedado en jaque colectividades que antaño definían procesos electorales y ahora ven con amplia distancia sus tiempos de gloria.
Javier González Barría