Señor Director:
Lamentablemente, surgen con frecuencia propuestas en el ámbito económico que, por su estulticia inherente, resisten poco o nada de análisis. Tal es el caso del denominado impuesto al patrimonio o a los “súper ricos”, el cual no grava la generación de riqueza, sino la riqueza ya acumulada, esto es, el patrimonio o propiedad de la persona.
Además de constituir una sobrecarga impositiva sobre rentas que ya pagaron impuesto cuando se generaron, es un claro desincentivo a la generación de riqueza o, al menos, a generarla en Chile. Sin el menor pudor técnico, se propone una tasa fija de 2.5%, una verdadera expropiación, que podría producir, en el corto plazo, efectos devastadores.
¿Cuál sería el efecto de este impuesto? Está más que claro: la fuga de patrimonios al exterior y, no sólo eso, sino también la desviación de nuevos proyectos de inversión hacia países más convenientes tributariamente, porque nadie en su sano juicio querrá generar riqueza en Chile.
Justamente en momentos en que se requiere activar la economía, para superar los efectos de la pandemia en el empleo, surgen ideas “brillantes” como esta. Sin comentario.
Claudio Bustos, Abogado Socio Bustos Tax & Legal.