La Región de Ñuble se está alzando como cuna de grandes ciclistas.
En los 90’, una camada de pedaleros, liderados por el incombustible Juan Fierro, que hace pocos días, fue campeón nacional master, y entre los que también destacaron Andrés Rosales y Máxima Valdés, marcó la ruta de las nuevas generaciones.
Así, asomó el nombre de Alexis Gallegos, que en la actualidad sigue vigente con mucho esfuerzo personal, repartiendo sus labores como profesor y ciclista competitivo.
Sin embargo, la sangre joven del ciclismo ñublensino sigue tirando. La mejor carta de este nuevo grupo de ciclistas que emergieron hace algunos años, es Héctor “El Rayo” Quintana, de Quillón, quien viene de colgarse la medalla de oro en la serie de contrarreloj del Campeonato Panamericano de Ruta, disputado en Panamá.
Labrín de bronce
Él ha sido el espejo, el modelo a seguir, para el inquieto y aguerrido pedalero de Chillán Viejo, Ignacio Labrín, quien ha logrado una aplaudible maduración.
Labrín, se colgó la medalla de bronce, de la serie junior en la contrarreloj individual, en el reciente Campeonato Panamericano de Ciclismo de Ruta, disputado en Panamá.
El sonriente y entusiasta “Nacho” Labrín, que ya se ha proclamado campeón a nivel nacional y en los Juegos de la Araucanía, volvió a demostrar todo su potencial. el que se ha ido acrecentando con el sólido trabajo que se realiza en el ciclismo de ruta a nivel local gracias al programa Promesas Chile.
Labrín, comenzó en el ciclismo en un taller escolar que implementó el Daem de Chillán Viejo, donde demostró sus primeros dotes cómo pedalero por su incansable capacidad física y disciplina para entrenar de la mano de su entrenador en la comuna histórica.
Ya inserto en el programa Promesas Chile, su entrenamiento se sistematizó y perfeccionó y los resultados están a la vista. Campeón nacional consecutivo y ahora medallista panamericano, representando a Chile.
“Es un sueño hecho realidad. Mi primera vez en un Panamericano y primera vez con la tricota de mi país y me llevé la medalla de bronce en TT individual. Gracias a todas las empresas y personas que me apoyaron para llegar hasta aquí”, resumió Labrín, quien no es amigo de las entrevistas y prefiere hablar pedaleando sobre el asfalto, donde en silencio, pedalea con hambre de gloria, siguiendo la huella de su referente, Héctor “Rayo” Quintana y con la mente puesta en la meta.