Señor Director:
La universalidad del IFE fue un oasis económico para muchos chilenos que, sin tener la necesidad de un apoyo monetario, recibieron felices el dinero. No es coincidencia que en los últimos meses hayamos visto aumentos considerables de compras por internet e inflación de precios por la mayor liquidez que presenta la población.
Por esa razón, es momento de que estos aportes comiencen a ir en retroceso para ser dirigidos exclusivamente a los que realmente lo necesitan, dando prioridad a otros beneficios universales, como el Ingreso Laboral de Emergencia recientemente anunciado, que fomenta la creación de empleos.
Pablo Fuenzalida