Señor Director:
El preámbulo de la propuesta de Constitución elaborada por la Convención utiliza la siguiente expresión: “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones…”. Luego, al final del texto se incluye una frase que explica que dicha asamblea “… fue elegida por los pueblos de Chile en las elecciones realizadas los días 15 y 16 de mayo de 2021 y se constituyó el 4 de julio de 2022”. Estas expresiones en el preludio y el colofón de la propuesta, unidas a la definición del Estado chileno como “plurinacional” (art. 1.1), revelan con nitidez la confusión que importantes sectores de la Convención plasmaron en el texto entre los conceptos de Estado, nación y pueblo, dando lugar a una definición que arrasa con el sentimiento de identidad nacional que ha acompañado a nuestro país desde su independencia, y que ha constituido el sustrato espiritual y cultural de la peripecia histórica de Chile.
La nación se constituye en la unidad; lo “plurinacional” es un contrasentido, una contradicción en los términos, una idea que no encuentra asidero en la realidad. Me atrevería a decir, incluso, que para el ciudadano común y corriente, para la inmensa mayoría, lo que nos hace estar juntos es el hecho de compartir precisamente un sentimiento de pertenencia a una única nación chilena, una auténtica comunidad nacional, más allá del reconocimiento y respeto debidos a los grupos indígenas. Enseguida, para agregar todavía más inconsistencia a la definición de nuestra identidad, la propuesta afirma que “La soberanía reside en el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones” (art.2.1).
Todos estos tanteos no hacen más que enervar los sentimientos nacionales y banalizar esa perseverante voluntad de ser que nos ha dado una impronta distinguible en el concierto de las naciones.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega