Idea del gobierno de darle más poder a los delegados recibe críticas a nivel local
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La propuesta del gobierno -en el marco de la discusión de la ley que crea el Ministerio de Seguridad Pública-, de dotar a la cartera de Interior de “superpoderes” políticos en regiones; no fue bien recibida por distintas autoridades y exautoridades de Ñuble.
La idea, esbozada por la ministra del Interior, Carolina Tohá, durante su exposición ante la comisión de Seguridad del Senado, fue bien recibida por los integrantes de oposición de la instancia. Su objetivo sería darle más poder a los actuales delegados presidenciales regionales -algo contrario a la promesa de gobierno respecto de eliminar dicha figura-, como una forma de contrarrestar las facultades que el nuevo ministerio de Seguridad “les quitará”.
Esta propuesta de “Presidentes chicos” en cada región, fue especialmente criticada por la Asociación de Gobernadores Regionales de Chile (Agorechi).
Uno de sus integrantes, el gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, expresó a través de su cuenta de X, que “cuando la evidencia muestra que el desarrollo de un país está ligado a la descentralización territorial, existen otras voces que no ven la evidencia y quieren seguir legislando en contra del país, y solo viendo cómo no pierden su poder”.
También por medio de las redes sociales, el exdiputado por Ñuble, Jorge Sabag, manifestó que “el gobierno, que antes abogaba por eliminar la figura del delegado presidencial para frtalecer a los gobernadores, ahora propone crear ‘Presidentes chicos’ en cada región, centralizando aún más el poder y contradiciendo su compromiso con la descentralización”.
Reforma “de contrabando”
Entre los parlamentarios locales, tampoco cayó muy bien la propuesta del gobierno.
“Siendo muy sincero, no estoy a favor de esta propuesta. Personalmente, siempre he creído que la facultad de coordinar los ministerios debería estar radicada solo en los gobernadores regionales. Si hacemos memoria, el cargo de los delegados presidenciales era un cargo transitorio que iba a terminar transfiriendo paulatinamente todas sus facultades a los gobernadores regionales, y que estaba destinado a desaparecer. Que hoy sigamos dándole facultades a los delegados presidenciales, y que estos sigan siendo la autoridad más importante de la región es precisamente un portazo a la descentralización, porque seguimos tutelados por el nivel central, en vez de entregarle a las regiones la posibilidad de definir sus destinos a solas”, sostuvo el diputado ind.-DC, Felipe Camaño.
El legislador agregó que “esta era una de las principales promesas de campaña de este gobierno, y nosotros aún esperamos que se cumpla. Si no, no tiene sentido tener un gobierno regional que solo entregue dineros y que no pueda incidir de ninguna forma en cómo se desarrolla la región, ni en cómo se ejecutan las políticas públicas en ella. Seguir alargando la discusión de la transferencia de funciones a los gobernadores regionales solo nos habla de gobiernos que no quieren deshacerse del poder, y eso es peligroso”.
Desde la oposición, el diputado de RN, Frank Sauerbaum, afirmó que “lo que se está planteando es una reforma al sistema político relevante, por lo tanto, tiene que tener una discusión propia, aparte, y no de ‘contrabando’ en un proyecto que lo único que quiere hacer es mejorar la seguridad pública. Por lo tanto, yo creo que es una discusión que tenemos que armar en el largo plazo, y definir si Chile va a ser un país descentralizado, con una figura de gobernadores regionales fuertes con más atribuciones; o simplemente vamos a tener un país centralizado, con un ministro del Interior con muchas facultades, y con sus representantes en cada región”.
Añadió que “esa discusión hay que sincerarla, pero yo creo que es más bien adecuado hacerlo en una reforma mucho más profunda y de más larga discusión, que tiene que ver con la forma en que se administra el Estado y el sistema político en Chile”