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Señor Director:
En la reciente entrevista concedida por el diputado Lagormasino a “La Mesa” , sobre la regulación de la Inteligencia Artificial (IA), se destacó una visión que prioriza la independencia tecnológica de Chile, pero que podría pasar por alto aspectos cruciales como la diversidad y la cantidad de datos necesarios en el entrenamiento de estos modelos Desde su mirada, el parlamentario sugiere el uso exclusivo de datos locales para el desarrollo de estas tecnologías, una estrategia que, dada la demografía chilena, podría limitar la innovación y restringir la exportabilidad de la misma.
Confinar el entrenamiento de IA a datos chilenos, con una población de unos 19 millones de habitantes, generaría una base de datos insuficiente, lo que llevaría a modelos menos robustos e imprecisos. Esta situación no solo afectaría la aplicabilidad de la IA en nuestro país, sino que también disminuiría la capacidad de los modelos para adaptarse a contextos internacionales, un factor que es clave para el éxito en el mercado global y en el sector de exportación tecnológica.
Si bien, la preocupación por el sesgo en los modelos de IA, especialmente cuando los datos provienen predominantemente de zonas como Norteamérica o Europa, es válida, la solución no es el aislamiento, sino la adopción de estrategias para manejar y mitigar estos factores. La colaboración internacional y el intercambio de información son esenciales en este sentido.
Establecer acuerdos con otras naciones y organizaciones permitiría a Chile acceder a un espectro más amplio de datos, mientras se respetan los estándares éticos y de privacidad. siempre y cuando se respeten los estándares éticos y de privacidad. Además, desarrollar capacidades locales para adaptar y refinar modelos globales al contexto chileno fomentaría la precisión y la innovación tecnológica dentro de nuestras fronteras.
Implementar auditorías de sesgo y promover la transparencia en los modelos de IA es otra medida crucial. Un marco regulatorio para revisiones regulares asegurará que la tecnología sea equitativa y justa, adaptándose a las necesidades y valores locales.
En conclusión, si bien es importante proteger la soberanía de datos y la identidad cultural, centrarse exclusivamente en el uso de data local para la IA podría limitar el potencial de Chile en el panorama tecnológico global. Un enfoque más balanceado, que combine la colaboración externa con iniciativas internas para gestionar riesgos y sesgos, no solo fortalecería la posición de nuestro país en el contexto mundial, sino que también garantizaría que su tecnología sea adaptable, exportable y relevante a ese nivel.
Maurizio Pancorvo