Señor Director:
La adopción de inteligencia artificial avanza aceleradamente en Chile, tanto en el sector público como privado. Sin embargo, este proceso no siempre va acompañado de una conversación igual de profunda sobre la seguridad de la información que la sostiene.
La IA necesita datos para funcionar, pero esos datos representan personas reales, trabajadores, familias y comunidades. Cuando esa información no está debidamente protegida, el riesgo no es solo tecnológico, sino social. En ámbitos como la gestión de emergencias, la seguridad pública o la infraestructura crítica, una falla de información puede traducirse en pérdida de tiempo, de confianza o incluso de vidas.
Hablar de adopción responsable de la IA implica asumir que la innovación no puede avanzar más rápido que nuestra capacidad de proteger los datos que la hacen posible. Los estándares internacionales de seguridad no son un freno al desarrollo, sino una condición básica para que la tecnología genere valor y confianza.
La discusión sobre IA en Chile debe incorporar con mayor fuerza este pilar si realmente buscamos progreso con impacto positivo.
Camilo Salazar
Gerente de Operaciones, Viper
