El analista y abogado, Ignacio Castillo, director de la Unidad de Crimen Organizado y Drogas de la Fiscalía Nacional, aseguró la semana pasada, en el contexto de un seminario sobre los 20 años de la Reforma Procesal Penal, que en Ñuble los delitos de homicidio bajaron en un 36% respecto a lo que se había registrado durante el primer semestre, en la región el año pasado.
La cifra, desconocida hasta entonces para la propia Fiscalía Regional de Ñuble, presentaba como particularidad extra, el que se trataba de una baja casi única en el país, por lo que en regiones como Maule o Biobío, por el contrario, habían aumentado.
Castillo atribuye esta baja, en parte, a la labor que tanto el Ministerio Público, como Carabineros y la PDI han realizado en materia investigativa y preventiva en la región, sin embargo, aclaró que el tipo de homicidios que afectan a las regiones aledañas, y en especial a provincias como las de Biobío y Concepción, “tienen muchas características de homicidios perpetrados por el crimen organizado, la que tiene una alta capacidad de movilidad, por lo que de todas maneras se trata de una preocupación y una alerta para esta región”.
Por otro lado, la mayoría de estos asesinatos se han realizado en el contexto de lo que llama “crímenes parasitarios” por ser o perpetrados por bandas de extranjeros o por delincuentes locales tras aprendizaje de delitos exportados.
“Acá hablamos de extorsiones, de secuestros, balaceras desde vehículos en movimiento, con víctimas que reciben en general más de un disparo y con muchos casos de víctimas o imputados de nacionalidad extranjera”, agregó.
Pese a que el analista dice que las cifras presentadas en el seminario obedecen a un estudio que “estamos terminando de desarrollar” y que, por lo tanto, “no podemos revelar ahora las cifras de homicidios en las otras regiones”, sí confirmó que “las diferencias porcentuales entre lo que ha bajado en Ñuble y lo que subió en Biobío y El Maule, son muy considerables”.
Como es de esperar, tras la mayoría de estos hechos, está el fenómeno basal del narcotráfico.
La contención policial
Para la jefa de la XVI Zona de Carabineros Ñuble, general María Teresa Araya, uno de los factores que ha evitado el que estas bandas logren operar en la región con facilidad “es que se ha hecho un gran trabajo de fiscalización constante y exhaustiva en todos los accesos a la región. Si no tuviéramos la vigilancia policial que tenemos desplegada, se vendrían todos estos delitos a la región”.
De todas formas, la autoridad policial admite que la dificultad regional radica en la gran cantidad de sectores rurales con escasa fiscalización. “Son miles y miles de kilómetros que no tienen un Plan Cuadrante, ni un esquema fijo de vigilancia, por lo que ya hay indicios de organizaciones criminales que si bien no operan mucho en la región, sí se han venido a esconder acá”, comentó.