La trascendencia de la elección y la obligatoriedad del voto figuran como los dos factores clave para explicar la alta participación registrada en la jornada electoral de ayer, que a nivel nacional alcanzó un 85,81%, mientras que en la región de Ñuble se ubicó en 88,91%, las tasas más altas desde la elección presidencial de 1989 (86,8%), mientras que, en números absolutos, fue la elección de mayor convocatoria en la historia, con 13.021.063 electores a nivel nacional y 386.934 en la región, superando con holgura los 8.364.481 que votaron en la segunda vuelta presidencial de 2021 y los 235 mil 852 que sufragaron en Ñuble.
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Según los analistas, además de la importancia del plebiscito y de la obligación de ir a votar también se suman otros elementos que empujaron la alta participación, como el rol que jugó el marketing y la emocionalidad que generó el proceso, así como las facilidades de transporte, la georreferenciación de los locales en función del domicilio electoral y la minimización de las restricciones sanitarias que, en comicios anteriores, con voto voluntario, redujeron la participación.
Fue así como en los locales de votación se volvió a observar ayer una masiva concurrencia de adultos mayores, pero también de miles de jóvenes que acudieron a sufragar por primera vez.
En el análisis por comunas, destacaron las altas tasas de participación que se registraron en Coihueco (91,52%), Chillán Viejo (91,42%) y San Nicolás (90,69%). En el otro extremo, los números más bajos se observaron en San Fabián (84,74%), Portezuelo (86,27%) y Ninhue (87,10%).
Conciencia de la elección
Álvaro Acuña, académico de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío, si bien valoró que la georreferenciación permitió que las personas tuvieran los locales de votación más cerca de sus domicilios electorales, postuló que el factor determinante fue la trascendencia de la elección en sí, en que la ciudadanía tomó conciencia de lo que estaba en juego.
“Es bueno que las personas tengamos que movilizarnos a votar, es una cuestión mínima el tener que manifestar una opción respecto a cómo se conduce un país, porque lo que se votaba era un sistema de valores que podrían establecer reglas para conducir el país”, reflexionó.
Acuña comentó, además, que “la combinación de distintos grupos etarios, de personas de más edad que tienen la costumbre de ir a votar y de jóvenes que por primera vez iban a votar, creo que eso hace bien, porque no hay peor enemigo de la participación que el desconocimiento, y en esta jornada hubo muchos jóvenes y no tan jóvenes que conocieron lo que es votar, lo que es bueno para el sistema democrático”.
Pero también apuntó a la obligatoriedad, “que se relaciona con la imposición de una conducta y de que somos obedientes, y eso está bien, obedecer a un deber que tenemos como Estado en cuanto a la vida en comunidad, porque había gente escéptica respecto a la aplicación efectiva de las multas a quienes no votaran, por la debilidad de la fiscalización; pero aún así la gente cumplió el deber, aunque sea obligatoriamente, porque de todas formas, las sociedades muchas veces no cumplen con sus deberes y terminan con democracias débiles”.
El profesional afirmó que “luego del estallido social, el acuerdo por la nueva Constitución y el plebiscito de entrada, hubo un gran trabajo en cuanto a informar sobre este proceso, por lo que influyó bastante lo que se estaba votando en esta alta participación que hemos visto, porque se estaba votando algo importante, algo sustancial para el sistema político, lo que es transversal a la ideología”.
En ese sentido, apuntó que “la gente tuvo años para tomarle el peso a este proceso, porque ha habido mucha información, la gente tomó consciencia”, y señaló, además, el rol que han jugado los medios de comunicación y las redes sociales. “No hemos parado de hablar de política desde el estallido social, lo que es muy bueno, y eso influyó mucho hoy en la participación. Yo siento que la gente fue a votar informada, quizás no se leyeron el texto, pero se preocuparon de informarse”.
Pero el académico de la UBB también rescató el trabajo desplegado por la derecha, “que se preocupó más de informar ahora que en la elección de los constituyentes”.
Asimismo, destacó como un factor importante también el marketing. “Creo que hubo mucho marketing, mucha publicidad al respecto, y eso fue generando emociones. El marketing que hubo en redes sociales, en los medios de comunicación, fue relevante para movilizar a la gente, porque genera emociones, desde el miedo a la esperanza”, cerró.
“Riesgo percibido”
Por su parte, Paulina Pinchart, experta en Marketing Político, se mostró sorprendida por la alta participación. “Yo pensé que iba a ser menos, porque en el sector rural la gente se resta por las dificultades de transporte, además, la locomoción no era gratuita. Entonces, la única explicación que tengo es lo que siempre se menciona en las elecciones respecto de los factores que influyen en el voto, y dentro de esos factores está el costo de ir a votar, del tiempo, de la plata, de la dificultad, del riesgo por el Covid, etcétera; pero otro factor es el riesgo percibido, es decir, que si yo no voto y no sale la opción que yo veo como menos peligrosa, puede ser perjudicial para mí, y yo creo que eso es lo que pasó: el riesgo percibido fue muy alto”, analizó.
En ese sentido, le restó peso a la obligatoriedad del voto en esta elección. “Tiene un peso mayor que si hubiera habido voto voluntario, pero no tanto, porque si tú te remontas a elecciones anteriores con voto obligatorio, había mucha gente que no iba y que nunca les pasó nada, se sabía que la sanción moría en el tiempo. Por esa experiencia, que de una u otra forma, conocen todas las familias, el costo de no ir por una multa era una probabilidad solamente”, explicó.
Pinchart añadió que “genuinamente, en un sector y en el otro, encontraban que había mucho que perder. Por ejemplo, se vio a la derecha movilizada por el Rechazo ante el riesgo de perder, contrario a lo que ha ocurrido históricamente, o también a grupos de mujeres organizadas llamando a votar Apruebo”.
Igualmente, planteó que el contexto influyó mucho, con una ciudadanía que está hablando más de política, con más contenidos políticos en los medios de comunicación y en las redes sociales, “dejando atrás ese karma que viene de la época de Pinochet, en que, por un lado, no se podía hablar de política, y también porque la política era politiquería, con el vejamen de la vida de los políticos, y ahora se vuelve a entender, con el estallido social, que la política es necesaria para vivir en sociedad”.
La experta también destacó la mayor convocatoria de jóvenes que votaron por primera vez, “sobre todo, ese joven que vivía muy en la burbuja, sin importar el estrato socioeconómico, que prefería ir a carretear y según como amanecía iba o no a votar, ese joven yo creo que hoy (ayer) fue a votar, porque ese joven no tiene en la historia tan fácil esa anécdota de que la multa por no votar es solo una probabilidad”, con lo que la tradicional apatía habría quedado atrás.
Respecto al futuro, Pinchart prevé que esta alta participación también empujará las próximas elecciones. “Yo creo que la gente va a empezar a participar más, porque se ha dado cuenta, tanto con la elección del Presidente Boric como con ésta, en que los resultados son antagónicos, que la gente puede, en su mayoría, dar vuelta las elecciones”.
No obstante lo anterior, la académica planteó que “ello dependerá de cómo actúen los políticos en lo que viene”.
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