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El senador Flávio Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, negó este jueves haber practicado desvíos y lavado de dinero cuando era diputado de la Cámara regional de Rio de Janeiro, como indica un informe de la fiscalía filtrado por la prensa.
“Existe una persecución absurda contra mí en Rio de Janeiro, porque quieren alcanzarme para intentar alcanzar al presidente. Un mensaje para ustedes: no lo lograrán. Porque no hemos hecho nada equivocado. Más temprano que tarde eso quedará todo comprobado”, afirmó el senador en un video publicado en las redes sociales para rebatir “punto por punto” el reporte filtrado.
El Ministerio Público, que todavía no ha presentado ninguna denuncia formal por este caso, se negó a confirmar la validez del documento, alegando que el expediente corre bajo secreto de sumario.
Las investigaciones apuntan a la supuesta utilización de un sistema de desvío denominado “rachadinha”, en el cual los empleados devuelven al legislador una parte del salario que reciben, ya sea por actividades reales o por actuar como funcionarios “fantasma”.
Según la prensa local, la defensa del senador solicitó al Supremo Tribunal Federal (STF), a través de un recurso de habeas corpus, la suspensión de las investigaciones, y el juez encargado del caso en la máxima corte, Gilmar Mendes, pidió informaciones “con urgencia” sobre el caso a la Fiscalía, al Tribunal de Justicia de Rio de Janeiro y el Superior Tribunal de Justicia (STJ) antes de decidir.
El exchofer y exasesor de Flávio Bolsonaro Fabrício Queiroz sería el gerente de ese esquema fraudulento, del que habrían participado otros funcionarios del despacho del hijo del presidente, de acuerdo con el documento filtrado.
Las investigaciones salieron a la luz a fines de 2018, después que el organismo de control de movimientos financieros (COAF) descubriera giros atípicos entre 2016 y 2017 en una cuenta de Queiroz, que no se corresponden con su patrimonio. El COAF también identificó giros sospechosos en la cuenta del senador.
Según el documento, relacionado con las órdenes de allanamiento emitidas el miércoles, los fiscales identificaron por lo menos 483 depósitos de al menos trece exasesores de Flávio Bolsonaro en la cuenta de Queiroz por un total de 2 millones de reales (unos 500.000 dólares, al cambio actual).
Existen indicios de que el dinero proveniente de la “rachadinha” habría sido lavado mediante la compra y venta de apartamentos en el barrio de Copacabana, en Rio de Janeiro, y de la inyección de dinero en una chocolatería de la que Flávio Bolsonaro es socio, de acuerdo con el reporte.
La tienda de chocolates fue allanada el miércoles, así como otras propiedades de sus exasesores, entre ellos de Queiroz y familiares de la segunda esposa del presidente Jair Bolsonaro.
El senador, de 38 años, hijo mayor del presidente de Brasil, niega todas las sospechas. Asegura que no tiene “nada que ver” con las decisiones que puede haber tomado su exasesor y que dispone de pruebas para justificar todos los movimientos financieros apuntados como sospechosos.
Flávio Bolsonaro criticó al juez del caso y sugirió que quien está por detrás de los allanamientos y la filtración del informe a la prensa es el gobernador del estado de Rio de Janeiro, Wilson Witzel, un exaliado del presidente Bolsonaro que pretende disputarle el cargo en las elecciones de 2022.
“Hay un ardid de varias personas poderosas para atacar todos los días al presidente de la República, causar inestabilidad e intentar sacarlo a la fuerza”, afirmó el senador en su video.
El presidente Bolsonaro se negó a comentar el caso. “Respondo por mí”, dijo a periodistas en Brasilia, instándolos a dirigir sus preguntas a los abogados.