Señor Director:
Siempre se ha dicho que “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, frase con la que nunca he concordado pues pienso que la mujer no está detrás, sino al lado del hombre. Este es el caso de Helia Barra, casada con Alejandro Witker.
Ayer nos ha golpeado la noticia a temprana horas del día, la partida de Helia, una gran y querida amiga, con quien me ligaba un lazo de amistad que viene desde nuestros padres. Nos perdimos por su partida al exilio y luego vino el reencuentro, para no volver a separarnos y compartir en muchas ocasiones la mesa de nuestras casas.
Ellos se conocieron en la Universidad para no apartarse nunca más. Helia trabaja incansablemente para apoyar económicamente a su marido en aquellos años de estudio; luego su apoyo se tradujo en trabajo de investigación junto a Alejandro. Acompañándolo, siempre a su lado, no atrás, como suele decirse. Su compañía y apoyo ha sido gravitante en el resultado del trabajo de Alejandro Witker, sensible y emotiva, con la frase oportuna, con su consejo certero. Iniciaron un loco amor de jóvenes, que el tiempo demostraría no era tan loco y que a la luz de los años demostró ser un gran amor. Ayer nuestra Helia querida cerró sus ojos para emprender su partida a mundos para nosotros desconocidos.
Termino esta carta con la frase de Alejandro quien ha dicho muchas veces: “Tuve a mi lado una mujer extraordinaria”.
M. Eugenia Uribe Casanueva Gestora Cultural