Share This Article
Fue tras una denuncia recibida en la Seremi de Salud de Ñuble, que la autoridad sanitaria, acompañada por personal del Samu del Hospital de San Carlos, acudieron hasta un domicilio particular ubicado en el kilómetro 20 del sector de Cachapoal, a fin de constatar la veracidad respecto a las acusaciones que les advertían del funcionamiento de un hogar de ancianos que operaba de manera clandestina y sin la capacidad operativa para garantizar un entorno saludable a las personas que residían ahí.
Tras la inspección del personal de la seremi, se dio por acreditado que, en efecto, había siete mujeres adultas mayores quienes se encontraban en condiciones de hacinamiento, mal alimentadas y en un entorno de insalubridad evidente como lo reflejaba la falta de aseo en los dormitorios, ropa de cama y hasta fecas humanas en algunas de las dependencias de esa vivienda que era regentada por una mujer quien, evidentemente, no contaba con los permisos ni las resoluciones que la habilitaran para entregar ese tipo de servicios de “casa de reposo”.
Debido al mal estado en que se encontraban las siete mujeres, fueron trasladadas por personal del Samu, en la misma tarde del jueves 8 de febrero en la que se realizó la fiscalización, hasta el hospital sancarlino, en donde se les brindaron las primeras atenciones, limpieza y estabilización.
A partir de ese instante, desde la seremía, comenzaron un trabajo de búsqueda de centros Eleam (Larga Estadía Para Adultos Mayores) y de familiares de las afectadas, a fin de poder reubicarlas en un entorno seguro.
Para ayer viernes, 9 de febrero, desde la Seremi de Salud, confirmaron que cuatro de ellas pudieron ser recibidas por sus familiares, mientras que a las otras tres se las logró hacer ingresar a otros Eleam, dos de ellas en la comuna de Pinto y otra en San Carlos.
Gonzalo Toledo, seremi (s) de Salud para Ñuble, comentó al respecto que “el establecimiento ya había sido fiscalizado en diciembre último, decretándose la clausura y otorgándose un plazo de 60 días para que los familiares de las personas residentes pudieran reubicarlas en otro recinto”.
Por ello, se inició un nuevo sumario sanitario y se prohibió el ingreso de nuevos huéspedes, lo que será fiscalizado por la Autoridad Sanitaria.
Sin embargo, no fue posible cerrar con sello el inmueble, debido a que en esa misma casa viven la regenta del lugar, junto a su hija de seis años, y la Ley no permite denegar el acceso a su propia vivienda a las personas que infringen este tipo de leyes.
Los dependientes en desventaja
La directora de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de Chillán, Zoraya Martínez, aunque dice que en la capital regional no se han registrado casos similares, advierte que “hay, a mi criterio, un problema grave con las políticas públicas orientadas a los adultos mayores, porque la totalidad de los programas de Gobierno se enfocan en aquellos adultos que aún son independientes o que tienen redes de apoyo sólidas, como el vivir con sus familias. Sin embargo, esos adultos mayores que viven solos y que por diversas razones dependes de cuidados de terceros, prácticamente, no cuentan con programas de ayuda”.
La directora cita como ejemplo, “un caso que tuvimos hace unos años en el sector de Río Viejo, donde encontramos a un grupo de cuatro adultos mayores en estado de dependencia, que habían sido abandonados por su familia por lo que se encontraban en muy mal estado”. Finalmente, explica que “esto nosotros sólo lo sabemos cuando la comunidad es la que hace la denuncia”.