Guerra Arancelaria

Señor Director:
En un reciente acto, Donald Trump se burló de los países que intentan negociar aranceles, afirmando que le “besan el trasero”. Esta grotesca imagen no solo refleja la altanería de un líder que ha perdido de vista la seriedad del comercio internacional, sino que plantea un riesgo evidente para las relaciones diplomáticas y comerciales. Al trivializar el diálogo y la negociación, Trump está enviando un mensaje peligroso a las juventudes: que la resolución de conflictos se puede hacer a golpes, en lugar de a través de la diplomacia.
El comercio internacional, esencial para la estabilidad económica global, no puede permitirse caer en la desfachatez. La risa de los republicanos fue una señal de complicidad en esta falta de respeto. ¿Cómo es posible que nuestros empresarios, por el afán de cerrar tratos, se rebajen a estas prácticas? El respeto y la seriedad son fundamentales. Si seguimos el ejemplo de Trump, nos arriesgamos a convertir el comercio en un circo.
Es hora de que el mundo exija un comercio basado en la dignidad y el respeto mutuo.
Ricardo Rodríguez Rivas
Magister en Gobierno y Gestión Pública