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Son muchas las ofertas del comercio gastronómico y alimenticio dentro de la ciudad de Chillán, y los servicios han aumentado significativamente, sobre todo tras el auge de aplicaciones de delivery.
Así como hay gente que prefiere usar este tipo de aplicaciones, hay muchas otras más que deciden ir a comer al comercio establecido, de manera física, ordenar y esperar su pedido en el local.
El gran problema que afecta a los locales físicos ha sido siempre el comercio ambulante ilegal. Históricamente, el comercio establecido a luchado con el ilegal, ya que detallan que “no son las mismas reglas”, que “no hay fiscalización” y que “no tienen los permisos para funcionar”.
Pero ahora, con el incremento de la digitalización y la distribución de servicios de comida mediante redes sociales y delivery, este problema se ha agudizado, algo que tiene en alerta al gremio en Chillán.
La denuncia es efectuada por la Asociación Gremial Gastronomía y Entretención Chillán (Gayen), quienes exponen que los problemas se han incrementado, llegando a un punto en que sus ventas han disminuido de manera significativa.
Hay locatarios que pertenecen al gremio e indican que las ventas han bajado hasta un 40%, y que últimamente “la situación ya se salió de control”.
Mediante una declaración emitida por la asociación, manifestaron su preocupación por la situación y la nula fiscalización que existe por parte de las autoridades de salud hacia el comercio ambulante ilegal, indicando que muchas veces no cuentan ni con las condiciones mínimas para poder funcionar.
“La informalidad siempre ha existido, pero se ha agudizado en el tiempo por el uso y masificación de las redes sociales, junto con una baja en la economía a nivel país y además poca fiscalización por parte de las autoridades pertinentes”.
Explican también que existe una “competencia desleal” por parte de los informales. “Las reglas del juego no son iguales para todos. Los niveles de gasto que los formales tenemos, no pueden compararse con los que no pagan arriendo, IVA, patente, etc. Vale destacar que quienes tenemos locales establecidos tenemos un compromiso con el crecimiento y desarrollo para la ciudad, ya que los recursos que entregamos van en directo beneficio para toda la comuna”, explican desde el gremio.
Añaden que se han reunido con las entidades a cargo, pero que no ha existido respuesta a sus requerimientos, sosteniendo que varios locatarios deberán cerrar sus puertas por las bajas ventas dentro del sector.
“Como gremio hemos tenido muchas reuniones con las autoridades dónde expusimos, hace ya más de un año, está problemática”. Revelan además que “en ese tiempo no era tan masificada, advertimos que esto podía pasar”, explicando que la situación “se salió de control”.
“Lamentablemente nosotros como empresarios que damos empleo, pagamos impuestos o patentes, somos los más afectados bajando nuestras ventas. Obviamente no todos nuestros colegas podrán soportar y lo más seguro es que tendrán que cerrar sus puertas”.
Incluso destacan que hasta podría ser mejor y beneficioso “trabajar en la informalidad”, debido a la nula fiscalización que, según ellos, existe en el comercio ilegal ambulante.
“Vemos en el comercio ilegal que hay fuera del hospital que están construyendo, donde se instalan todos los días. Las autoridades deben estar al tanto de lo que está pasando. El comercio ilegal ambulante está funcionado sin resolución y sin patentes”, sostienen.
Otra de las molestias que ha generado el incremento del comercio ambulante ilegal, es que no existe buena relación entre los locatarios y las personas que venden estos productos de manera informal.
Según comentarios de locatarios que conviven cerca de ellos, “no es buena la convivencia. Sin tomar en cuenta que algunos hasta venden alcohol sin patente y tuvieron la ganada de trabajar en terrazas durante muchos meses sin pago de ellas, mientras a los locales del nuestro gremio les cobraron todo”.
Las consecuencias inmediatas han sido la “disminución de clientela y lógicamente competencia desleal, ya que no se puede llegar a precios como los de ellos, porque nosotros incurrimos en un montón de gastos más que ellos que con una patente de comida rápida trabajan como restaurante”.
Demandas
Algunas de las exigencias que solicitan para regular esta situación, son una mayor fiscalización y clausurar los locales que no cuenten con algún permiso.
“Hemos sostenido reuniones con el municipio y estamos a la espera de su llamado para reunirnos y ojalá hacer una estrategia en conjunto para combatir la informalidad. Creemos que es importante generar un catastro para evaluar el porcentaje de informalidad que afecta a nuestro rubro”, indican desde el gremio.
“Como asociación estamos llanos a generar recursos si es necesario y a trabajar de la mano con las autoridades para minimizar este problema que afecta a decenas de locatarios en toda la ciudad”.
“Exigimos fiscalización y clausura para quienes no cuenten con lo necesario para trabajar. Lamentablemente las multas sólo son una solución temporal a un problema mucho más de fondo”, añaden.
Explican también que, sobre todo y debido al incremento de las enfermedades respiratorias durante los últimos días en la capital regional, es importante que la gente consuma productos en locales establecidos y que cuenten con los permisos necesarios.
“De acuerdo a la situación sanitaria de los altos peak de enfermedades creemos que es necesario llamar a la ciudadanía a consumir en lugares establecidos, así como centros de eventos donde generalmente se hacen cumpleaños de niños, graduaciones, matrimonios, y así mismos restaurantes, foodtrucks”.
El caso de los foodtrucks
El gremio de los carros de comida, o llamados foodtrucks, es una asociación aparte que conglomera a todos aquellos que funcionan de manera legal en este tipo de locales. Son ellos mismos quienes también, en cierto modo, se suman a la demanda, a pesar de que son un gremio totalmente distinto.
Si bien, no son parte del gremio gastronómico, indican que ellos cumplen a cabalidad con sus permisos e indican que, de manera semanal, la Seremi de Salud realiza fiscalizaciones a sus carros. Eso sí, reconocen que hay muchos foodtrucks que funcionan en la ilegalidad, afectándolos a ellos mismos.
Cristina Sanhueza, presidenta de la Asociación de Foodtrucks Ñuble, sostuvo que entiende el reclamo que hace el gremio gastronómico y que es algo que afecta a todos por igual.
Destaca que, en sus casos, “estamos todos los socios formalizados, pero yo entiendo que igual los gastronómicos tendrán esta disputa, inclusive con nosotros. Esto les baja las ventas, indican que los ambulantes venden productos y nadie los fiscaliza. En algún minuto se apuntó a los foodtrucks, pero nosotros estamos formalizados, cerca de 16”, sostiene Cristina.
“Todos los socios estamos formalizados, yo estoy en el patio de comidas que está en Bulnes con O’Higgins y todos cumplimos a cabalidad con la normativa vigente, estamos comprometidos y pagando nuestros impuestos”, explica.
Reconoce también que hay mucho comercio ilegal en distintos sectores de Chillán, inclusive foodtrucks, pero que están totalmente ilegales y que no son parte de la asociación.
“Esto claramente nos pone en riesgo a todos, porque la gente no habla de un solo carro, habla de todos los foodtrucks. Lamentablemente ellos tienen sus motivos, tal vez hay que aumentar la fiscalización, ser mas exigentes o destinar un espacio para que la gente coloque sus carros, en el caso de los foodtrucks”.
Explica también que, de manera semanal, la Seremi de Salud realiza fiscalizaciones e indica que “no tenemos nada que decir, porque ellos siempre hacen fiscalizaciones”.
“Ha venido también impuestos internos y revisa las máquinas con las que nosotros hacemos nuestras ventas. Yo en el lugar donde estoy ahora llevo solamente dos meses, pero donde yo estoy, llega la Seremi de Salud y fiscaliza todo. En eso no hay nada que decir”.
Los otros perjudicados
Queda claro que el comercio ilegal perjudica a varios sectores, pero hay uno en especial que también se ve dañado, sobre todo porque no son parte de ningún gremio y levantan sus puestos de trabajo ellos mismos.
Dichas personas son los ambulantes formalizados, donde algunos llevan más de 15 años realizando este tipo de ventas de manera legal.
Y si bien, la denuncia se justifica porque hay muchos de ellos que no tienen permisos ni las condiciones mínimas para vender productos alimenticios, hay otros que venden con las medidas y permisos para poder funcionar. Es por eso que es importante identificar a aquellos que venden de manera ilegal y los que no.
Manuel Arce está hace más de 15 años en la esquina de Fermín Vivaceta y Avenida Ecuador, donde vende anticuchos y otros productos. Indica que pronto la municipalidad les dará un distintivo para reconocer que funciona de manera legal.
Explica que tiene todos los permisos y que la Seremi de Salud fiscaliza de manera constante su carrito. “Llevo trabajando 15 años y tengo buena clientela gracias a Dios, no tengo ningún problema ni nada. Hay mucha gente que me conoce y uno con los años tiene clientela”.
Indica que nunca ha tenido problemas con otros locatarios. “Todo lo contrario, hay algunos que me vienen a comprar también”.
“Por aquí vienen de todos lados, pasan en auto. Ahora nos van a entregar una credencial si Dios quiere, porque tenemos una reunión con el alcalde y estamos esperando que nos saquen una foto. Todo esto para estar más tranquilos. Nosotros pagamos impuestos, permisos municipales, así que estamos muy bien acá”.
Indica que compra sus productos y los prepara de manera inmediata. “Yo voy a comprar la carne fresquita y la preparo altiro. Tengo buena clientela”.
Incluso él mismo reconoce que hay más competencia con los locales de comida rápida. No es un problema netamente de los grandes gremios. “Como todo ha bajado, sobre todo porque ahora hay más locales, pero aquí me va bien”, concluye Manuel.